Por Andrea Abrell (dpa) – En ocasiones, al levantarnos de la cama por la mañana, el pelo parece haber cobrado vida propia, o está débil en exceso, o muy rebelde. Son los «bad hair days». A todos les pasa alguna vez. Sin embargo, cuando un día tras otro el pelo está mal, hay algún problema con el cuidado.
«La base de cualquier cuidado del pelo es el champú, desde luego», dice Franz-Josef Küveler, director artístico de la Unión de Peluqueros de Alemania. Según el experto, el producto debe ajustarse al tipo de pelo. Por ejemplo, quien tiene un tipo de pelo más bien grasoso necesita un champú que reduzca la producción de sebo por el cuero cabelludo. El pelo seco, por el contrario, necesita mucha humedad, explica Küveler.
Sin embargo, mucha gente, cuando se lava el pelo, «comete el error de usar demasiado champú y agua demasiado caliente», dice la dermatóloga Uta Schlossberger. Normalmente, un poco de champú del tamaño de un céntimo alcanza para el pelo corto y una cantidad del tamaño de un euro es absolutamente suficiente para limpiar una melena.
También el acondicionador debe elegirse según el tipo de pelo. «Para el pelo grasoso lo ideal es utilizar productos que contengan mentol», explica el maestro peluquero Antonio Weinitschke. «Esos productos hacen que los poros se contraigan, por lo que se reduce la producción de sebo». En cambio, una cura para pelo fino debe hacerse con un producto enriquecido con proteínas para dar más fuerza al cabello.
Los champús colorados, los acondicionadores, etc. incorporan pigmentos colorantes en la estructura del pelo, sentando así las bases de una prolongada conservación del cabello. «Esto es importante sobre todo cuando el pelo tiene tonos rojos», dice Küveler. «Entre todos los colores, el rojo tiene los pigmentos más pequeños y se apagaría rápidamente sin un cuidado adicional. En cambio, los productos para el pelo rubio conservan el brillo claro e impiden que con el paso del tiempo el pelo no se oscurezca demasiado pronto. Una cura de este tipo debería hacerse como máximo una vez por semana, siempre que el pelo no esté muy dañado. Además, los productos deberían aplicarse sólo a las puntas del cabello.
Aunque los productos sean los adecuados para el tipo de pelo, pasa una y otra vez que uno no está satisfecho con el resultado. Según Schlossberger, esto se explica sobre todo porque el consumidor muchas veces quiere demasiado. «Si usted utiliza el champú y un acondicionador para pelo dañado y también aplica dos veces por semana una cura para el pelo, además de utilizar espuma para aumentar el volumen del pelo y después aplica con el spray una gran cantidad de laca para el pelo, no le debería extrañar que el estilo no aguante mucho tiempo», advierte la dermatóloga.
Sin embargo, ya existe entre tanto un remedio contra el cabello sobrecuidado: los denominados champús de limpieza profunda o los champús peeling eliminan los residuos en el pelo. «Sin embargo, estos champús deben utilizarse muy de vez en cuando, porque de lo contrario queda dañada la estructura del pelo», advierte Küveler.
Además de los productos adecuados y su uso correcto, hay otros factores decisivos. «Por ejemplo, cuando después de lavarse el cabello se lo seca frotándolo con una toalla, se está dañando la estructura del pelo, debido a que la capa de escamas queda raspada», explica Schlossberger. «Es mejor estrujar cuidadosamente el pelo en una toalla de rizo y después desenredarlo con un peine con dientes grandes».