Avilés, 9 jun (EFE).- Javier Pérez y Carlos Conde, dos vagabundos de paso por Avilés, pudieron salvar ayer a una niña de una parada cardiaca en plena calle de la ciudad gracias a los conocimientos de primeros auxilios que tienen ambos.
Ambos no dudaron en coordinarse para practicar a la pequeña el protocolo de reanimación cardiopulmonar, gracias a los cocimientos que ambos extoxicómanos tienen como técnico auxiliar de enfermería.
Javier y Carlos estuvieron luchando por salvar a la niña en medio del nerviosismo de la madre y la tensión de las personas que circulaban en la tarde de ayer, cuando sucedieron los hechos, en el barrio histórico de Sabugo.
Para los dos, los veinte minutos previos a la llegada de la UVI móvil «fueron eternos» porque la niña perdía temperatura y parecía que se iba, «cuando empezó a coger calor».
Se dirigían al alberge municipal para transeúntes situado en ese barrio, cuando oyeron los gritos desesperados de la madre que pedía auxilio.
«Alguien lo ha dicho y creo que es cierto, estábamos ahí como dos ángeles de la guarda, porque había más gente, pero éramos los únicos que conocíamos primeros auxiliaros», han comentado a Efe estas dos personas que reconocen estar acostumbradas a las miradas de recelo de los demás.
«Todos los días nos miran raro, pero llega un momento en que te acostumbras», coinciden ambos en aseverar.
En el momento que soltaron sus mochilas y una guitarra que llevan encima y se pudieron a practicar esos primeros auxilios, ese recelo dejó paso a la entereza que demostraron y a su gesto humanitario.
Cuando los sanitarios la UVI móvil se hicieron cargo de la pequeña, ellos se retiraron al albergue de transeúntes.
La niña está en la UVI del Hospital Central de Asturias en estado grave. Su padre se puso en contacto con estos dos hombres para agradecer con mucha emoción lo que han hecho por su hija.
