Areces rechaza responder a una comisión que simula un juicio y no investiga nada

arecesOviedo, 30 ene (EFE).- El expresidente del Principado Vicente Álvarez Areces ha rechazado hoy responder a las preguntas de los miembros de la comisión parlamentaria sobre el centro Niemeyer que, a su juicio, «simula un juicio paralelo» y no se dedica a investigar nada sino a señalar a determinadas personas «previamente elegidas».

Areces ha realizado ante la comisión una intervención inicial en la que, tras hacer un repaso a la historia seguida en torno a la puesta en marcha del Niemeyer, ha cuestionado su «objetividad e independencia» dado que la actitud de su presidente, el popular Alfonso Román López, «invalida todos sus procedimientos».

«Se están vulnerando derechos constitucionales de las personas que comparecemos para dar nuestra opinión», ha señalado el exjefe del Ejecutivo que ha reprochado a sus miembros que pretendan «simular un juicio paralelo» con el que «hacen daño a personas» además de «denigrar y liquidar» el proyecto del Niemeyer.

A su juicio, el centro cultural fue objeto de un proceso de desprestigio «continuo y premeditado» por el Gobierno de Foro, pero que, pese a ello, «a nadie le interesa pedir responsabilidades a quien ha querido desprestigiar un gran proyecto».

«Si hay aspectos controvertidos que están judicializados deben dirimirse ahí, con las garantías que proceden en un Estado de Derecho», ha subrayado el jefe del Ejecutivo durante doce años.

Además, ha criticado el hecho de ser citado a comparecer ante la comisión por haber trabajo e impulsado el proyecto y que se hubiese hecho lo mismo con su sucesor, Francisco Álvarez-Cascos, «el mayor responsable, junto a otros, de su deterioro».

«Ustedes se han equivocado de presidente», ha señalado Areces tras advertir de que desconocía para qué lo habían citado, dado que él fue el jefe del Ejecutivo «que más trabajó para sacarlo adelante», salvo que la comisión tenga ya las conclusiones «pretedeterminadas» y sea «un puro formalismo».

Según Areces, la lista de comparecientes se elaboró «con criterios arbitrarios y en función de intereses políticos» y ha considerado «curioso» que de la misma no forme parte Álvarez-Cascos, «el mayor responsable, junto a otros, del deterioro del mismo realizado premeditadamente y con verdadera saña».

El exjefe del Ejecutivo ha realizado además un repaso a la historia del centro desde que en 2004 los responsables de la Fundación Príncipe de Asturias le trasladaron la posibilidad de que el boceto diseñado por el arquitecto brasileño con el objetivo inicial de pudiese convertirse en sede del Museo de los Premios.

Una vez superada la «oposición frontal» del Ayuntamiento de Oviedo, ha recordado, el proyecto siguió adelante, aunque ya al margen de la Fundación Príncipe, algunos «permanecieron agazapados» al no consentir que se planteara una iniciativa tan ambiciosa «sin su consentimiento» y pese al respaldo popular que siempre tuvo.

Tras recordar que los recursos gastados fueron «infinitamente menores» a los invertidos en proyectos como la Ciudad de la Ciencias de Valencia o la Ciudad de la Cultura, en Galicia, Areces ha señalado que las decisiones en el seno del Patronato «siempre fueron unánimes, sin discrepancias» y que «siempre» acudió a este órgano como patrono de honor, cargo para el que fue designado en 2007.

Asimismo, ha incidido en que responsables del Niemeyer comparecieron en la Junta General sin que ningún grupo les planteara problemas con las subvenciones o procedimientos de legalidad dado que se limitaron a preguntar por el sueldo de sus responsables.

Según el ex presidente, el expediente de cesión del centro a la Fundación Niemeyer elaborado por su Gobierno al final de su mandato se dejó sobre la mesa «por lealtad institucional» y sin reparos administrativos ni discrepancias «de nadie», en alusión a IU, dado que la decisión ya se había adoptado en diciembre de 2010 por el Ejecutivo que conformaban los socialistas y la coalición.

«¿Qué deudas dejaría el Guggenheim si a los pocos meses de su inauguración hubiera un cambio en el gobierno vasco y el nuevo  se dedicara a desacreditarlo, a hundirlo, a cambiarle el nombre y a convertirlo en museo de pelotaris?», se ha preguntado reproduciendo una cita del crítico literario José Luis García Martín.