Barcelona/Madrid, 28 sep (dpa) – De los múltiples duelos que mañana se librarán en el derby entre Real Madrid y Atlético en la Liga española de fútbol, uno destaca sobre el resto por las consecuencias que puede acarrear: el que librarán el consolidado Diego Simeone y el «novato» Julen Lopetegui.
Dos meses después de asumir el mando del conjunto blanco y cuando las dudas sobre su proyecto son más que las certezas, Lopetegui rivalizará de nuevo con el entrenador que ya le arrebató el primer título de la temporada: la Supercopa de Europa.
En la primera ocasión que tuvo, el experimentado Simeone demostró en agosto lo mucho que conoce al Real Madrid y lo bien que había preparado a su equipo en un aspecto entonces crucial: el físico.
Llevado el choque a la prórroga, los rojiblancos fueron como una apisonadora para los hombres del debutante Lopetegui y, con dos certeros zarpazos (4-2), se hicieron con el título de campeón.
Recién llegado al banco del tricampeón de Europa, el ex seleccionador español no encontró en Tallín respuesta táctica a un Atlético más en forma y más cohesionado como grupo.
Las trayectorias divergieron después. Como si necesitaran una pausa para asimilar su triunfo, los rojiblancos protagonizaron su peor inicio de Liga desde que Simeone asumió el mando en el lejano 2011: dos empates, una derrota y un victoria.
Mientras, el Real Madrid despegó. Y enlazó cuatro victorias en la competición doméstica, antes de firmar su primer tropiezo en la Liga, un empate ante el Athletic de Bilbao. La posterior exhibición (3-0) ante la Roma en el estreno blanco en la Liga de Campeones europea, no obstante, reforzó a Lopetegui en su plan.
Pero bastó una inapelable derrota por 3-0 el pasado miércoles ante el Sevilla para que su crédito volviera a estar en cuestión.
Probablemente lo recuperará si mañana consigue superar al hombre que, en los últimos tiempos, mejor se manejó en el Bernabéu.
Tres victorias y dos empates en las últimas cinco visitas ligueras a la cancha blanca avalan a un Simeone que, con su equipo situado ya en el lugar que se le supone, buscará mañana prolongar la insólita racha.
En el estadio blanco, el técnico argentino levantó además la Copa del Rey de 2013, cimentó la Supercopa de España de 2014 y sufrió también dos duros golpes: las derrotas en cuartos y en semifinales de la Champions de 2015 y 2017, que supusieron su adiós a la competición.
«No me detengo a analizar lo que ha pasado anteriormente, en el fútbol se vive del hoy. Mañana tenemos un nuevo partido, absolutamente diferente a los que hemos jugado», aseguró hoy Simeone.
Para Lopetegui será el primero en la Liga y de su resultado dependerá en buena parte la credibilidad de su incipiente proyecto.
Por Noelia Román (dpa)
