Amada mía, sé que no esperas estas letras… y mucho menos en la portada de un diario digital, pero necesito decirte tantas cosas que solo tú y yo sabemos que hoy no me importa propagar el amor, el respeto y la admiración que siento por ti desde que llegaste a mi vida… aunque nadie te de un premio a la mujer del año, para mi eres la mujer de mi vida.
El tiempo y yo no nos llevamos muy bien últimamente; pues parece que fue ayer cuando te vi por primera vez y siento que han pasado más de mil años desde la última vez que escuche tu dulce voz mientras tus ojos iluminaban mi mundo.
Contigo el tiempo me juega malas pasadas, las ausencias se me hacen eternas por muy breves que sean y los momentos juntos desaparecen como arena entre nuestras manos, pero tú vives en mi cada segundo, cada día y a cada momento… por eso te digo que yo soy tuyo y que tuyo seré cada día y cada instante hasta que mi luz se apague.
Mi primer pensamiento del día eres tú… pero el último algunas veces no me gusta, pues siento que podría haber sido mejor contigo, y por eso te pido mil perdones, la vida no es sencilla y muchas veces me siento culpable de no saber vivir realmente cada instante que me ofreces, pero por ello también te doy las gracias, por tú tiempo, por tu amor, por tus verdades, por tu complicidad, por tu manera de ser y por decirme las cosas buenas y malas, en ti no encontré solamente el amor, encontré mucho más, un corazón enorme y un sentimiento que tiene tú nombre, eres muy grande, bella, inteligente, dulce y traviesa… una combinación perfecta para ponerle originalidad a este mundo tan dependiente y tan lleno de rutinas y “copy & paste”, contigo la vida es real, nuestra… sin guiones, planes o frases hechas, eso le da magia a esté amor…
Sabes que lo nuestro es único, como tantas otras historias de otras personas que también se sentirán así, pero lo nuestro es nuestro y esté amor tiene un solo nombre, nosotros.
Nunca he querido herirte, pero sé que alguna vez lo hice con palabras o con dudas, esa es una cicatriz que llevo muy dentro de mí, disculpa por no saber abrazar tu amor y por no saber reconocer todo lo bueno que me das, intento aprender de la vida y de ti… y me siento feliz por tener una buena compañera de aula y de pupitre que me enseña cada día las lecciones buenas e interesantes de la vida que quizás por mal “estudiante” no aprendí…
Nunca podré darte las gracias por todo lo que me has enseñado y me das… pero quiero sepas que en este viaje aún tenemos mucho que caminar, quizás algún día tropecemos y ojala nos ayudemos a levantarnos y puede que también nos sorprenda el sol o una tormenta… no te preocupes por el mañana, lo importante es el ahora y hoy te quiero decir una vez más que te amo… y que eres lo mejor que me ha pasado en la vida.
Hoy no es día 13…. Pero es 26, gracias por cumplir un día de dos conmigo…
Para ti de mi…
