Nueva York, 3 sep (dpa) – Rafael Nadal y Dominic Thiem protagonizaron la final de este año en Roland Garros y en las últimas temporadas transformaron sus duelos sobre arcilla en un verdadero clásico. Mañana volverán a verse las caras por primera vez en otra superficie para definir a un semifinalista del Abierto de tenis de Estados Unidos.
Dominador absoluto desde hace más de una década en pistas lentas, Nadal encontró en el austríaco, considerado uno de sus posibles sucesores como «rey de la arcilla», a un rival al menos competitivo, capaz de ganarle tres de los diez partidos que jugaron.
«Es un jugador fantástico», elogió Nadal a su próximo adversario. «Es un jugador potente con el que necesito jugar un gran partido para tener posibilidades de ganarle», afirmó el número uno del mundo, que aseguró que no piensa nada más allá del duelo del mañana.
«Estoy centrado en lo que yo puedo intervenir, que es mi partido contra Thiem, que es un partido suficientemente complicado y exigente como para no pensar en nada más», remarcó el máximo favorito del torneo.
Thiem no se quedó atrás en los elogios. Tanto que recordó que tenía 11 años cuando lo vio jugar por primera vez, en la semifinal que Nadal le ganó en 2005 a Roger Federer en París.
«No pensé que también lo enfrentaría algún día, pero es muy bonito. En arcilla, creo que es uno de los mayores desafíos vencer a este tipo o competir con este tipo. Espero que sea un poco más cómodo en cancha dura, pero no estoy seguro», añadió el austríaco sobre la curiosidad que rodea a este partido: será el primero sobre cemento, después de siete triunfos de Nadal y tres de Thiem sobre tierra.
«Será la primera vez en pista dura, lo que significa una experiencia completamente nueva», dijo el número nueve del mundo, que recordó con humor sus anteriores partidos. «Fueron tres experiencias muy agradables y siete experiencias horribles».
El español le restó relevancia al cambio de superficie y priorizó la jerarquía del adversario. «No nos hemos enfrentado en esta superficie pero nos conocemos bien, sabemos cómo jugamos y el que tenga la intensidad más alta, el nivel de adrenalina más alto y el que aguante mejor los momentos límites será el que tenga más opciones de ganar», explicó el número uno del mundo.
«Estamos hablando de uno de los mejores jugadores del mundo. Se qué Thiem es más especialista en pista de tierra, igual que yo, así que no es algo que sea más favorable para mí de cara al partido», completó Nadal.
Desde su cuerpo técnico, saben que el español deberá asumir una postura más agresiva para no sufrir con la potencia de Thiem, como le pasó en los duelos ante el ruso Karen Khachanov y el georgiano Nikoloz Basilashvili. «Debe pensar en hacer más su juego y no ponerse a esperar», explicó Carlos Moyá. «Thiem lo obligará a jugar a su mejor nivel para seguir avanzando».
Francis Roig, el otro coach del número uno, coincide en el análisis y agrega que deberá buscar más profundidad. «Tiene que dar un salto en la manera de jugar. No puede esperar la bola y dejarla caer porque si a Thiem le dejas la pelota en el medio de la pista te fulmina», remarcó.
Thiem es conciente de lo que necesita para tener opciones, casi tanto como de la dificultad que representa llevar a cabo ese plan. «Debo ser agresivo. Tengo golpes de fondo muy potentes, e incluso puedo lastimarlo con ellos. Pero la clave es jugar muy rápido y fuerte. Pero al mismo tiempo, no cometer demasiados errores. Es un estilo de juego arriesgado, porque puede suceder que cometa demasiados errores y luego todo se vea negro».
Por primera vez en unos cuartos de final de un Grand Slam fuera de Roland Garros, el campeón de Lyon y Buenos Aires este año espera repetir el nivel que mostró el domingo ante el sudafricano Kevin Anderson, un encuentro que el mismo Thiem lo catalogó como uno de los mejores de su carrera.
«Para competir bien con él, siempre tengo que tener un gran día, y tengo que jugar bien. Y ante Anderson lo hice», dijo Thiem. Nadal, que le ganó la final al sudafricano el año pasado, sabe lo que significa: «Para ganarle a Kevin en tres sets tiene que estar jugando muy bien». Por eso, el respeto máximo con el que afrontará el clásico de la arcilla, trasladado al cemento.
Por Ariel Greco (dpa)