«Todo va mal»: Los errores condenan a Ferrari y a Vettel

Monza (Italia), 3 sep (dpa) – Ferrari tiene actualmente el mejor coche de la parrilla de la Fórmula 1, pero los errores propios están condenando a la «Scuderia» y al alemán Sebastian Vettel.

El rostro del piloto el domingo en el circuito de Monza lo decía todo. Visiblemente enfadado, Vettel no podía ocultar su decepción por acabar en el cuarto puesto y haber perdido una nueva oportunidad de recortar la distancia con Lewis Hamilton. No sólo no consiguió el objetivo, sino que el británico ganó la carrera y dio un golpe sobre la mesa.

«Ya les he dicho mi opinión a la gente que le incumbe esto», indicó Vettel tras el desastre en el Gran Premio de Italia.

La renuncia de Ferrari a tener un piloto número 1 -Kimi Raikkonen, compañero de Vettel, pudo haber dejado pasar al alemán en la salida y proteger después esa posición- y un nuevo error del propio Vettel dejaron al equipo italiano prácticamente sin margen de error para el tramo final de la temporada.

«Todo funciona mal en el equipo rojo», escribió hoy el diario «La Gazzetta dello Sport» bajo el titular «Gol en propia meta de Ferrari».

Lo que prometía ser un fin de semana de champagne acabó en pesadilla para los intereses de Ferrari: Vettel está ya a 30 puntos de Hamilton en la clasificación general y Mercedes se alejó un poco en la pelea por la corona de los constructores. La fábrica alemana tiene 415 unidades, por las 390 de los italianos.

La carrera del domingo acabó siendo una puñalada en el corazón rojo de los «tifosi». «Nunca lo voy a olvidar», dijo un Hamilton al que abuchearon durante todo el fin de semana. Su quinta victoria en Monza, con la que empata en lo más alto de la lista con Michael Schumacher, la celebró agitando el puño con rabia delante de miles de aficionados de Ferrari.

«Fue la carrera de su vida», señaló hoy «The Daily Mail» sobre un Gran Premio en el que Hamilton adelantó a los dos Ferrari en la pista para llegar a la meta en primer lugar.

Sin embargo, el hecho de que el británico esté con un colchón de 30 puntos a falta de siete carreras no se debe únicamente a su destreza al volante. En esa ecuación juega un papel muy importante la mala gestión de Ferrari.

El equipo del «Cavallino Rampante» dominó en la época de Schumacher porque supeditaba todo al alemán. Si había que sacrificar a su compañero de equipo, se hacía. Pero esta temporada, Vettel y Raikkonen cuentan con los mismos galones a los ojos de los jefes.

El finlandés está ahora mismo tercero de la general con 164 puntos, a 92 de Hamilton, y no tiene opciones reales de pelear por el título. Raikkonen, que salía desde la «pole» justo por delante de Vettel, se defendió con uñas y dientes en las primeras curvas y después llegó el choque entre Hamilton y Vettel que arruinó la carrera del alemán.

Mercedes funciona del modo opuesto. Valtteri Bottas, compañero de Hamilton, trató de frenar a Raikkonen después de una parada en boxes para que el británico arañara unas décimas de segundo. «Gracias al equipo y gracias a Valtteri también», comentó el propio Hamilton después de la carrera.

Tras la prueba, los periodistas preguntaron a Maurizio Arrivabene, el jefe de Ferrari, por qué no evitó el fiasco ordenando un adelantamiento de Vettel a Raikkonen en la primera vuelta. «Nosotros tenemos pilotos, no mayordomos», respondió el dirigente de 61 años.

Pero la fórmula ganadora parece ser la del mayordomo. Los seis últimos títulos de Ferrari -los cinco de Schumacher y del de Raikkonen en 2007- llegaron con un número 1 y un número 2.

Y todavía se entiende menos si se tiene en cuenta que el contrato con Raikkonen acaba esta temporada y su futuro parece estar lejos de Ferrari. Charles Leclerc, de 20 años, 18 menos que el finlandés, tendría un preacuerdo para ocupar ese volante la próxima temporada. Lógicamente, eso tampoco ayuda al estado de ánimo en Ferrari.

El disgusto de Vettel por el poco respaldo que tiene en su equipo se ajusta a la imagen de una escudería mal administrada. «No espero nada porque nunca he recibido nada», comentó el domingo.

Vettel está en su cuarta temporada con Ferrari y por fin tiene el coche que quería para acabar con el dominio de Mercedes. Pero Monza acercó más al abismo al equipo italiano.

Por Christian Hollmann (dpa)