París, 9 jun (dpa) – Será el primer título grande para uno o la undécima consagración para el otro: el austríaco Dominic Thiem retará mañana al español Rafael Nadal en el Abierto de tenis de Francia buscando una victoria que ponga fin a más de una década de dominio.
Nadal, diez veces campeón de Roland Garros, llega lanzado tras solo haber cedido un set en lo que va del torneo y haber atravesado un cuadro que no le supuso mayores problemas.
Un año más, el número uno ha lucido imbatible en la arcilla parisina, donde solo perdió dos partidos desde su primer título en 2005, ante el sueco Robin Söderling en 2009 y ante el serbio Novak Djokovic hace tres años.
Sin embargo, enfrente tendrá al único rival que lo derrotó en canchas lentas en las dos últimas temporadas: un Thiem que llega con ímpetu, un gran saque y la ilusión de ganar el primer Grand Slam de su carrera.
En esa medida, el mallorquín reconoció que el austríaco, que disputa su primera final en un grande, es hoy su mayor rival en polvo de ladrillo.
«Evidentemente lo ha sido, los últimos tiempos ha sido un rival complicado, que es de los mejores, así lo demuestran sus resultados y su nivel de juego», reconoció Nadal, que lidera 6-3 en el historial de enfrentamientos.
Hace unas semanas, ese plan funcionó en los cuartos de final de Madrid: el austríaco se impuso 7-5 y 6-3 en la capital española y dio una pequeña sorpresa. Un año antes, en el Foro Itálico, había sido 6-4 y 6-3 a favor de Thiem.
Pero fueron victorias en partidos al mejor de tres sets. La historia cambia cuando es a cinco, porque allí Nadal manda. El español ganó las dos veces que se enfrentaron en París, la última de ellas la semifinal del año pasado, que el número uno ganó 6-3, 6-4 y 6-0.
Thiem, no obstante, quiere creer que la historia no se repetirá mañana en la cancha Philippe Chatrier.
«Es el gran favorito. Pero sé cómo jugar ante él. Tengo un plan», afirmó Thiem, el primer austríaco desde Thomas Muster en llegar a la final de un Grand Slam.
«Intentaré todo para que mi plan funcione aquí y no solo en Madrid o en Roma», añadió el octavo del ranking.
«A él le gustan más las condiciones aquí que en Madrid, por supuesto. Al mejor de cinco es también otra historia. Creo también que es bueno que lo enfrenté ya dos veces aquí», explicó Thiem, que rechazó la presión de llegar tan lejos por primera vez en su carrera.
«Obviamente que también hay presión en una final de Grand Slam, porque fue un largo camino y no quiero perder», dijo. «Si enfrento a Rafa, no soy el que tiene la presión», expresó sin embargo.
Pero París parece ser la gran oportunidad para Thiem, el jugador con más victorias en lo que va del año y uno de los tres, junto al propio Nadal y al alemán Alexander Zverev, en tener varios títulos en arcilla.
Thiem, que ganó en Buenos Aires y en Lyon, no pasó todavía de los octavos de final en los otros Grand Slam. En la Porte d’Auteuil, por el contrario, llegó a semifinales los dos años anteriores y en este está a las puertas del título.
Campeón de 16 grandes, Nadal llega en cambio con mucha más experiencia a la cita, aunque también muy consciente de su momento.
«Perdí muchas oportunidades por lesión, y sé que los años se van rápido», sonrió Nadal. «No habrá diez oportunidades más de seguir jugando aquí. Así que disfruto el hecho de estar aquí nuevamente», consideró.
A los 32 años, Nadal tiene prisa por ampliar su récord en París, aunque sabe que para ello tendrá que dar un salto de calidad definitivo en su juego de estas dos semanas.
«El domingo es el momento de sacar todo lo que tengo adentro, de luchar hasta el final y sobre todo de tener una idea clara de la manera que quiero jugar. Sé que tengo que dar un poquito más de lo que he dado hasta este momento», concluyó el balear.
Por Manuel Dueñas (dpa)