Augusta (EEUU), 8 abr (dpa) – Fue posiblemente el putt ganador más silencioso de la historia del Masters de Augusta. Cuando Patrick Reed metió la pelota en el hoyo 18 para ganar el primer «major» de su carrera, los hinchas aplaudieron. Pero el ambiente podría haber sido el mismo en el hoyo 13 del jueves.
Cada golpe de Tiger Woods fue celebrado con más entusiasmo a lo largo del fin de semana en Magnolia Lane. Y los aficionados habrían preferido festejar un triunfo de Rory McIlroy o de Jordan Spieth en vez de ver al rebelde de Reed poniéndose la chaqueta verde.
«En el primer tee fui muy bien recibido por los aficioandos, pero después vino Rory y los gritos fueron un poco más fuertes. Sin embargo, creo que me benefició», señaló el golfista de 27 años, que con su triunfo del domingo saltó al puesto 11 del ranking mundial.
«No sólo hizo que me encendiera más, sino que también me quitó presión», añadió. «Los escépticos alimentaron mis ganas de quedar campeón. Mientras más me pasaban por alto menos presión sentía. Simplemente me concentré en mi juego. Siempre he pensado que a más expectativas tengas sobre el golf más difícil será».
El texano llegó a la última jornada con tres golpes de ventaja sobre McIlroy. El norirlandés, al que sólo le falta el título del Masters para completar el Grand Slam de «majors», acabó la última ronda con 74 golpes, dos sobre el par, y no tuvo opciones de pelear por el triunfo. Acabó quinto.
Reed se impuso con una tarjeta de total de 15 golpes bajo el par por delante de Rickie Fowler (-14) y Spieth (-13), al que no le bastó una tremenda última vuelta de 64 toques. Los -15 de Reed son el séptimo mejor registro de la historia del torneo, a tan sólo tres golpes del récord que comparten, con 270, Tiger Woods (1997) y el propio Spieth (2015).
«Felicitaciones a Patrick Reed por su gran y valiente victoria en el Masters», lo felicitó el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a través de Twitter. «Cuando Patrick consiguió su asombrosa victoria de hace cinco años en Doral, la gente vio su gran talento y le auguraron un gran futuro por delante. ¡Ahora es campeón del Masters!»
Apodado como «Capitán América» por defender con tanta emoción a su país en la Ryder Cup, Reed ofreció un discurso un tanto pretencioso después de ganar en 2014 el torneo que recordó Trump en su Tuit. Entonces tenía 23 años y se llegó a comparar con leyendas como el propio Woods. «Soy uno de los mejores cinco jugadores del mundo», señaló.
De algún modo, el tiempo acabó por dar la razón a Reed, que se enfundó en la noche del domingo la preciada chaqueta verde. Además, recibirá un cheque de 1,98 millones de dólares.
Por Frank Fuhrig y Benjamin Siebert (dpa)