‘El bosque místico’ es la próxima entrega de la serie documental rodada en 4K ‘Planeta Selva’. Este capítulo explora los sabinares que crecen en territorios de ambiente mediterráneo y continental siendo los más amplios los de la Península Ibérica. Un ecosistema con un arbolado abierto que se extiende por parajes rocos y fríos en el que viven el lobo, alimoches, roedores, conejos, liebres y lobos.
Los sabinares crecen en territorios de ambiente mediterráneo y continental. Los más amplios y mejor conservados se extienden en por las altas llanuras de la Península Ibérica.
Son bosques muy peculiares que junto con las sabanas africanas y sudamericanas, son las forestas menos densas del planeta. El resultado es un ecosistema con un arbolado abierto que se extiende por parajes rocosos, fríos, secos y de suelos pobres. Sin embargo los ejemplares que crecen en esos páramos pueden medir hasta veinte metros. La soledad y extensión de este bosque facilita la presencia del gran depredador europeo: el lobo.
El sabinar es una especie de ciprés alto y ancho, de morfología muy diversa, mantiene su follaje todo el año. Sus frutos de colores oscuros y consistencia dura son una golosina invernal que aporta calorías en abundancia para infinidad de aves migradoras.
Gracias a este dulce silvestre de navidad sobreviven grandes poblaciones de zorzales y otras aves frugívoras. Cuando el invierno comienza a ceder y ya se atisba la primavera algo cambia en el sabinar. Los alimoches llegan en primavera desde sus cuarteles africanos. Es un buitre pequeño y especializado, que vive de desperdicios y pequeños animales.
En esta época las orquídeas emergen del suelo y despliegan sus asombrosas flores con forma de insecto. A pesar de la aparente sencillez del paisaje las relaciones ecológicas entre plantas y animales del sabinar son muy complejas. Los roedores más pequeños encuentran numerosos huecos donde alojarse y comida en abundancia así como los conejos y liebres que comen los frutos de las sabinas.
Mientras, al principio del verano el joven buitre casi está preparado para volar; las orquídeas comienzan a desaparecer y las ortegas se dejarán ver en el sabinar.