Asturias investiga el uso del CO2 de las incineradoras para crear biometano

2014_12_16 Presentacion proyecto Recovery 1Oviedo, 16 dic (EFE).- Un consorcio público-privado netamente asturiano está investigando el cultivo de microalgas mediante el aprovechamiento del dióxido de carbono y aguas procedentes de las incineradoras para producir biometano y minimizar las emisiones de estas instalaciones a la atmósfera.

El proyecto «Recovery», que inició su fase de laboratorio en octubre y se prolongará hasta finales de 2017, cuenta con un presupuesto superior a los 900.000 euros y con el apoyo del programa estatal de I+D+i Retos-Colaboración 2014.

En él participan el Consorcio para la Gestión de los Residuos Sólidos de Asturias (Cogersa), la división medioambiental de la ingeniería TSK (Ingemas), la iniciativa emprendedora Neoalgae, el Instituto del Carbón, el Instituto de Tecnología de los Materiales y la Universidad de Oviedo.

El proyecto ha sido presentado hoy en Oviedo en un acto en el que ha participado la consejera de fomento, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente, Belén Fernández, que ha incidido en que este proyecto tiene un «altísimo potencial» porque si tiene éxito podría aplicarse en muchas de las 450 incineradoras que hay actualmente en funcionamiento, y a las que se sumarán muchas más en los próximos años.

«Es un proyecto auténticamente innovador y sin precedentes en la Unión Europea», ha señalado la consejera y presidenta de Cogersa, para la que también permitirá avanzar en el objetivo de la planificación estratégica de residuos del Principado.

El responsable de I+D+i de Cogersa, José Manuel González, ha subrayado que «Recovery» pretende mejorar aún más las emisiones ya de por sí bajas de las incineradoras y obtener biocombustibles como una solución integrada.

El encargado de I+D+i DE TSK-Ingemas, Pablo Álvarez, ha destacado que su empresa será la encargada de estudiar las posibilidades industriales de esta investigación y que para eso van a desarrollar una planta piloto a baja escala a la que, posteriormente, seguirá otra de mayores dimensiones.

En principio, la planta piloto aprovechará las emisiones de CO2 de la planta de incineración de residuos médicos y harinas animales que funciona desde 1994 en Cogersa, y los lixiviados de su depuradora.

El cofundador de Neoalgae, Ignacio Albert de la Rosa, ha señalado que su empresa será la encargada de seleccionar la especie de alga más adecuada para utilizar a escala industrial, tarea en la que también participará el departamento de Biología de la Universidad.

La catedrática de Tecnologías del Medio Ambiente de la Universidad de Oviedo, Elena Marañón, ha explicado que se ha optado por aprovechar dichas microalgas para producir biogas, posiblemente junto a otros residuos de comida, ganaderos o de lodos de depuradoras porque su conversión en otro tipo de biocarburantes no sería rentable.

El Instituto del Carbón se centrará en las formas de captación y concentración del CO2 que se genera en la incineración, especialmente con sólidos de bajo coste y reutilizables, según ha explicado la investigadora Covadonga Pevida.

Aunque es pronto para conocer el potencial que tendrá este proyecto, Pevida ha señalado que para producir un kilo de microalgas se precisarían al menos de dos kilos de CO2.

En 2011 se emitieron a la atmósfera 55 millones de toneladas de CO2 procedente de plantas de incineración.