Primer y concealer, dos productos mágicos del maquillaje

Primer y concealer, dos productos mágicos del maquillajeBERLÍN (dpa) – Antes simplemente se llamaba base de maquillaje, hoy se llama primer, del verbo inglés «to prime» (aplicar una capa base). Sin embargo, los representantes modernos de este producto cosmético pueden hacer bastante más que solo crear una capa de fondo para el maquillaje. Con razón han adquirido entre las mujeres prestigio como auténticos magos.

Los primers modernos alisan líneas y arrugas finas, ocultan irregularidades en la piel y poros agrandados y hacen que la piel tenga un aspecto fresco y recuperado. Muchos primers están enriquecidos con partículas de brillo muy finitas, como las de polvo de perlas. «Estas partículas dispersan la luz que cae en la piel dando a la tez un aspecto más simétrico», explica la visagista alemana Michaela Ionnidou.

A diferencia de un maquillaje de base o una crema de día, casi todos los primers carecen de color y son adecuados para cualquier tipo de piel. Sin embargo, hay excepciones: «Algunos productos contienen partículas de color muy finas que permiten hacer correcciones para fines determinados», explica el maquillador berlinés Peter Arnheim. «Por ejemplo, un primer con partículas verdes neutraliza una piel enrojecida, el amarillo aclara la piel y el rosado da un aspecto más fresco a una tez gris».

Lo mejor es aplicar el primer después de la crema de día. Hay que esperar poco más de un cuarto de hora hasta que la crema haya sido absorbida por la piel. Después hay que aplicar e introducir en la piel, haciendo movimientos giratorios, una pequeña cantidad de primer, del tamaño de una lenteja. Encima hay que aplicar el maquillaje habitual.

Además de los primers para la piel, también hay productos especiales para los labios y los párpados. «Estos productos no solo hacen que la pintura aguante más tiempo, sino que también aumentan la intensidad del color», dice Ionnidou. «Además, los primers para sombra de ojos también se pueden usar para ocultar lugares enrojecidos por la depilación de las cejas, por ejemplo».

Una alternativa a los primers para la piel pueden ser los concealers. También estos productos tenían antes otro nombre: lápices correctores. Sin embargo, al igual que los primers, los concealers pueden hacer más que los antiguos correctores. Por ejemplo, aclaran partes individuales como los típicos surcos nasolabiales y hacen desaparecer como por arte de magia los bordes oscuros de los párpados.

«El uso del concealer también es recomendable si la intención es hacer aparecer más grandes ojos pequeños», dice Arnheim al revelar un truco de los maquilladores profesionales. «Su tono claro genera un efecto óptico de mayor amplitud», explica. Por medio de este producto también se pueden disimular unos ojos demasiado juntos: simplemente hay que aplicar una pequeña cantidad de concealer en la zona del lagrimal.

No es de extrañar, por tanto, que para muchas mujeres el concealer se haya convertido en un producto de maquillaje de uso diario. «Sin embargo, la mayoría de las mujeres lo usan más bien cuando el maquillaje requiere más tiempo», dice Antje Brüne. Esta experta en cosmética cita un sondeo realizado por el instituto alemán TNS Infratest según el cual en Alemania «el 41 por ciento de las encuestadas aplica el concealer cuando se maquilla para ocasiones especiales como fiestas, el 31 por ciento para una cita romántica y el 29 por ciento para ocasiones culturales como una visita al teatro o a la ópera». Y nada menos que el diez por ciento de las mujeres ni siquiera quiere renunciar al uso de este producto cuando están solas en casa.

Por Andrea Abrell