Oviedo, 5 feb (EFE).- La alcaldesa de Avilés y vicepresidenta de la Fundación Niemeyer, Pilar Varela, ha asegurado hoy que hasta el año 2012 no tuvo «ninguna alerta» sobre la posibilidad de que se estuviesen cometiendo irregularidades por parte del equipo de Natalio Grueso, que entonces gestionaba el centro cultural.
«Tenía toda mi confianza en cómo lo estaban gestionando esas personas y no había ninguna alerta que fuese motivo de preocupación en cuanto a la gestión económica», ha afirmado Varela durante su comparecencia ante la comisión parlamentaria de investigación.
Según la alcaldesa, pese a que como patrona tenía acceso a la contabilidad del centro, «nunca» la pidió hasta que observó que podía haber indicios de irregularidades una vez que, a lo largo de 2012, empezó a conocer las cuentas del Niemeyer, el volumen de facturación a la Fundación de su secretario, José Luis Rebollo, y la falta de colaboración de Grueso para justificar las subvenciones.
A finales de 2012, ha recordado, anunció su pérdida de confianza en el anterior equipo gestor tras constatar que las cuentas aprobadas en 2010 no reflejaban la situación del centro y que después apoyó la denuncia presentada contra ellos por la Fundación -ya presidida por la consejera de Cultura socialista- y trasladó, en representación municipal, una demanda en los tribunales.
Varela ha asegurado no haber obtenido «ni un solo euro» del Niemeyer y ha recordado que su visita al arquitecto brasileño para agradecerle la cesión del diseño a Avilés la realizó en su periodo de vacaciones, «que pagué de mi bolsillo como he hecho siempre».
A su juicio, el Gobierno de Foro, que llegó al poder en julio de 2011, actuó «con saña» contra el Centro Niemeyer al hacer público, pocos meses después, un informe provisional de la Intervención del Principado que apuntaba a la existencia de posibles irregularidades.
Dicho informe, ha subrayado, llegó a los medios de comunicación antes de que la Consejería de Cultura pidiera explicaciones a la Fundación Niemeyer cuyos gestores, ha asegurado, afirmaron entonces estar en disposición de aclarar todas las cuestiones.
«Si quiero echar a un gerente no lo pongo en los medios de comunicación, lo resuelvo de otra manera», ha advertido tras vincular la posterior polémica entre la Fundación y el Gobierno asturiano sobre la legitimidad o no de los cambios estatutarios que reducían la representación pública en el Patronato al hecho de que fuese un periodo electoral ante los comicios de noviembre de 2011.
Según Varela, en dicho periodo intentó mediar con el Principado para reconducir la polémica, pero no logró cerrar un compromiso con la Consejería pese a que logró un principio de acuerdo para retrotraer la composición del Patronato a su situación anterior «y el último día lo vincularon todo a realizar una auditoría».
La alcaldesa, que figura como imputado en una de las causas abiertas por las supuestas irregularidades en la gestión del centro, ha defendido también que el Ayuntamiento no colaboró en la denominada «refacturación» de determinados gastos que varios proveedores enviaron a la institución local tras haberlos facturado inicialmente a la Fundación Niemeyer.
Varela ha subrayado que el Ayuntamiento firmó dichas facturas «engañado» dado que era «imposible distinguirlas» y sin ser consciente de que se correspondían con otros gastos del Niemeyer sin relación con los pagos derivados de los actos de inauguración de la cúpula que la corporación se había comprometido a abonar.