Oviedo, 27 ene (EFE).- El subdirector de la Fundación Niemeyer entre 2007 y 2011, Joan Picanyol, ha defendido hoy la gestión que realizó el «pequeño» equipo que puso en marcha el centro cultural avilesino que tuvo «un problema de ingresos y no de gastos» al no aportar algunos de los patronos las cantidades comprometidas.
En su comparecencia ante la comisión parlamentaria de investigación sobre el Niemeyer, Picanyol ha considerado que, en esencia, la gestión realizada fue «muy buena» y ha emplazado a los diputados a señalar una institución cultural española que dé beneficios, a la vez que ha rechazado que los antiguos responsables estuviesen esperando «un maná de dinero público sin control».
«Ustedes no se dan cuenta del juguete que entre todos rompimos. Las denuncias han sido exageradas y se ha desaprovechado una ocasión muy buena. No estábamos de vacaciones, no mentimos, hicimos nuestro labor y podemos estar orgullosos», ha subrayado tras negar que hubiera «más escándalo» que la «poca visión» de quienes «lo destruyeron».
Según el subdirector, el Centro Niemeyer representa «totalmente lo contrario» a los posibles despilfarros que se hayan podido cometer en iniciativas similares como la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia «que costó 500 millones y ahora está cerrada por que se está cayendo» y más durante un periodo donde en España se pagaron algunos de los cachés más elevados del mundo.
«Los Rolling Stones tocaron en El Ejido…..», ha recordado antes de incidir en que el Niemeyer no cerró por un problema económico pese a haber recibido sólo en torno al 30 por ciento de los comprometido por los patronos, incluido el Principado, «y aún así gastamos mucho menos de lo que nos dijeron que íbamos a disponer».
A su juicio, la rentabilidad para Asturias y para Avilés de la inversión realizada en tono al Niememeyer «está fuera de duda» pese a que ni siquiera dispusieron, como ahora, de la cesión del inmueble, lo que les hubiera permitido disponer de más ingresos, y aún así la notoriedad alcanzada a nivel internacional por el centro fue valorada por una empresa en unos 84 millones de euros.
Tras hacer un exhaustivo repaso de la actividad llevada a cabo en el Niemeyer entre 2007 y 2011 -«se está olvidando y no se le está dando importancia», ha afirmado-, Picanyol se ha sometido a las preguntas para asegurar que «todas» las decisiones económicas que se adoptaron en torno a la gestión del centro «eran transparentes».
Además, ha lamentado que los miembros del Patronato no estuvieran «más activos» para conseguir incorporar a más patronos y que no aportasen «más recursos» pese a que éstos mantenían un contacto «fluido y permanente» con el equipo directivo del centro.
Picanyol ha defendido la «muy buena idea y muy rentable» de que el actor Brad Pitt visitase las obras de construcción del centro, un viaje que, ha asegurado, se plantearon hacerlo «de incógnito» y llegó a desplazarse «con nombre falso» a Asturias aunque «diez minutos después» de su llegada ya había trascendido a los medios.
Además, ha admitido que cobraba más dinero que el director y ha asegurado desconocer que algunas personas realizasen viajes pagados por el Niemeyer utilizando su nombre ni que la ex esposa de Grueso tuviera una relación laboral con el centro o que ésta dispusiese de una tarjeta de crédito de la Fundación.
El ex subdirector del centro cultural, que continúa trabajando con Marc Martí y Grueso en el área cultural del Ayuntamiento de Madrid, ha cerrado la ronda de comparecencias de esta mañana ante la comisión de investigación por la que también ha pasado la responsable de la empresa que llevaba la contabilidad del centro.
María José Mochales ha asegurado que había contabilizado facturas que a ella le parecían «correctas», pero que dejó de hacerlo cuando comprobó que no disponía de la información «suficiente» para seguir haciéndolo «profesionalmente».