El té blanco crece en España

Té verde o té negro. Esas eran, hasta ahora, la oferta más habitual para tomar esta infusión en nuestro país. Sin embargo, con el tiempo, el consumo de este tipo de tisanas se ha extendido hasta hacer de sus consumidores verdaderos gourmets que buscan las propiedades de cada uno para poder adaptar su consumo casi a demanda.

Así es cómo ha ido entrando en el escenario el té blanco, el que se ha considerado siempre como uno de los más exquisitos por sus propiedades.

Pero para comprender cómo uno de los países donde el consumo de café y chocolate ha ido sucumbiendo a la tradición de las infusiones, hay que contextualizar los datos de consumo.

Tradicionalmente el consumo de este tipo de bebida estaba relacionado con la salud, lo que hacía que no fuera habitual como en otros países europeos optar por esta bebida caliente dejando de lado en desayunos o meriendas el tradicional café, solo o con leche.

Sin embargo, con la democratización de los viajes y la importación de tradiciones como la británica (famosa por su té de las 5), la portuguesa (por algo Azores se considera la plantación de té europea) y, por supuesto, la tradición marroquí, han traído a España una alternativa basada en el infusionismo.

Así, cada vez hay más cartas en restaurantes y cafeterías que ofrecen tés de gran calidad, incluyendo en su variedad los más habituales, como se mencionaban, negro o verde, pero introduciendo paulatinamente el té blanco como uno de los más exquisitos que se pueden elegir.

Qué es lo que hace que el té blanco sea tan especial

Si hay que resaltar lo bueno del té blanco, hay que empezar por sus propias propiedades.

El té blanco se consigue de las yemas y hojas de la Camelliasinensis, una planta tradicional de la provincia china de Fujian, en el sureste del país y famosa por sus montañas y ciudades costeras, lo que aporta un clima único para que la planta florezca cada año en todo su esplendor.

Tras su recolección, en un primer lugar se deja que marchiten leventemente, aunque después serán los rayos solares los que terminan un proceso que no culmina hasta que, para evitar su oxidación, se procesan, aunque en realidad es una de las variedades de té menos procesadas del mercado, lo que hace que sea más natural.

Todo esto consigue que esta infusión rápida de preparar sea perfecta para quienes buscan entre sus propiedades la prevención de dolencias cardiacas, rebajar los niveles de colesterol de la sangre, prevenir la aparición de las caries, prevenir el hígado graso o incrementar las defensas, entre otras.

No solo se le conceden propiedades antioxidantes sino que, además, su consumo está muy relacionado con los beneficios en la belleza ya que previene el envejecimiento prematuro y protege la piel de los radicales libres externos.

Otra de las ventajas frente a sus hermanos mayores, radica precisamente en la cantidad de cafeína, que es bastante baja haciendo de esta tisana el postre perfecto también en las cenas.

De hecho, tal es la aceptación que está teniendo en el mercado español que ya ha empezado a cultivarse aquí, en Orballo, Galicia, donde ya se empieza a decir que se cultiva el mejor té del mundo por el clima que acompaña y por ser el primer enclave de té cultivado en la Europa continental.