El futuro del cohete europeo Ariane 6

París (dpa) – El cohete Ariane 6 es la esperanza europea en el espacio: no sólo es más rápido, también es más barato que su predecesor.

Sin embargo, desde que trece Estados que integran la Agencia Espacial Europea (ESA) decidieron construir el nuevo lanzador hace cinco años el mercado ha cambiado fuertemente.

Sobre todo, la prometedora empresa espacial estadounidense SpaceX, fundada por el director general de Tesla, Elon Musk, hace sudar a los europeos. A un año del vuelo inaugural programado para 2020, el Ariane 6 podría convertirse en un problema.

El ambicioso competidor empuja los precios y muchos ya se preguntan si el Ariane 6 podrá resistir el embate.

En mayo, el fabricante de cohetes ArianeGroup comenzó oficialmente la producción en serie del nuevo Ariane. Inicialmente se construirá 14 cohetes, que serán lanzados desde el centro espacial de Kourou en la Guayana Francesa entre 2021 y 2023.

La parte superior del cohete se montará en la ciudad alemana de Bremen, al igual que su exitoso predecesor Ariane 5.

«El mercado está esperando este producto. Cuanto antes llegue, mejor», señala Pierre Godart, director ejecutivo del Grupo Ariane Alemania.

«Si un cliente en el pasado deseaba una alta confiabilidad y se estaba dispuesto a pagar un alto precio, el camino lo llevaba indefectiblemente a Ariane», señala el ex astronauta Ulrich Walter y actual profesor de Astronáutica en la Universidad Técnica de Múnich.

En el pasado, los mercados estaban bien diferenciados, especialmente entre los estadounidenses, los rusos y los europeos. Walter apunta que de esa manera Ariane también pudo mantener los precios altos.

Para la construcción de sus cohetes, SpaceX apuesta a una producción a gran escala y, por lo tanto, puede ofrecer un precio bajo. Poco a poco la joven empresa estadounidense está ganando terreno. «Los cohetes no son realmente más innovadores», afirma el ex astronauta y enfatiza que la ventaja radica sobre todo en el precio.

«En el pasado, algunos clientes estaban dispuestos a pagar más porque Ariane es sinónimo de confiabilidad», destaca el experto, pero recuerda que entre tanto, SpaceX lanzó con éxito una cantidad suficiente de cohetes como para demostrar su capacidad.

Hace poco días, los vuelos espaciales europeos sufrieron un traspié cuando una falla frustró el lanzamiento de un cohete Vega en Kourou. El Vega, de 30 metros de altura, es el transportador de cargas más pequeño del arsenal del operador de cohetes Arianespace, una filial del ArianeGroup.

Aunque Vega fue desarrollado principalmente en Italia, y no es Ariane, podría dañar su reputación.

Desde hace un tiempo el fabricante ArianeGroup critica que SpaceX se beneficia de los pedidos del Gobierno de Estados Unidos, por los cuales recibe mucho más dinero que de los clientes comerciales.

«Queremos una competencia justa», subraya Godart. Opina que no está bien que mercados como los de Estados Unidos, Rusia o China no estén abiertos a los pedidos de instituciones estatales como sí lo hace Europa.

«Si hay un lanzamiento europeo financiado a través de impuestos, entonces también debería utilizarse un cohete europeo», exige el director ejecutivo del Grupo Ariane germano.

Godart reprueba el hecho de que el 70 por ciento de los pedidos de SpaceX consiste en lanzamientos estatales y sólo el 30 por ciento en lanzamientos comerciales.

«Para nosotros es al revés. Eso lo hace más difícil. Europa en sí misma tiene un mercado más pequeño, que también está abierto a la competencia de otras regiones del mundo», detalla.

Por ejemplo, el Ejército de Alemania (Bundeswehr) también utiliza los satélites de espionaje Sarah del competidor estadounidense SpaceX.

«No podemos obligar a nuestros Gobiernos europeos a utilizar el producto europeo, el cohete Ariane», manifiesta el ex astronauta Ernst Messerschmid. «Es una pena, pero entonces nadie debería quejarse si Europa queda rezagada en los viajes espaciales», enfatiza.

¿Cómo se vislumbra entonces el futuro para el Ariane 6?

La Agencia Espacial Europea ha prometido al fabricante Ariane Group un cierto número de lanzamientos institucionales al año. Sin embargo, Walter señala que aún no se han recibido los compromisos firmes de los Estados miembro, especialmente de Alemania.

«Por otro lado, hay una exigencia de que las naciones europeas deben tener su propio acceso al espacio exterior», constata Walter.

Según el experto, de esa manera la ESA puede ser sometida a presión, porque que ArianeGroup podría exigir mayores sumas en compensación por la falta de lanzamientos prometidos por parte de las instituciones estatales. Explica que ese dinero tendría que ser aportado nuevamente por los países de la ESA.

«Si esto ocurriera, los vuelos no serían más baratos para los europeos, ya que deberán seguir aportando dinero para mantener el acceso libre al espacio que acordaron», estima Walter.

Si bien Alemania se ha comprometido a cumplir con los compromisos asumidos con el nuevo lanzador espacial, aún tiene dudas.

«Queremos terminar de construir el Ariane 6 y queremos realizar el mayor número posible de misiones institucionales con el Ariane 6», subraya el coordinador aeroespacial del Gobierno alemán, Thomas Jarzombek, quien a su vez destaca la capacidad técnica pero no los beneficios comerciales del cohete europeo.

«No estamos seguros de cuál es la perspectiva comercial del Ariane 6», señala.

Por su parte, Godart del ArianeGroup, advierte: «Debemos velar porque Europa no pierda el tren» y considerar si no está invirtiendo demasiado poco en viajes espaciales.

En tanto, Walter opina que el entorno actual en Europa sigue estando a favor de mantener el Ariane, pero que este apoyo podría disolverse. «Las alarmas deben comenzar a sonar ahora», alerta el experto.

Por Julia Naue (dpa)

Foto: Janne Kieselbach/dpa