Phnom Penh (dpa) – Las marcas europeas que se proveen en Camboya de prendas de ropa observan de cerca el proceso comercial en curso que podría desembocar en la retirada del acceso libre de aranceles del país asiático a la Unión Europea (UE), debido al incumplimiento de derechos humanos en la nación asiática.
La Comisión Europea inició en febrero un procedimiento para decidir si suspende el comercio preferencial con Camboya debido a «serias y sistemáticas violaciones» de los derechos humanos y laborales en el país.
La firma alemana de ropa deportiva Adidas y la sueca H&M aseguraron recientemente en declaraciones a dpa que entienden la necesidad de la Comisión de abordar la situación de los derechos humanos en Camboya.
Sin embargo, las marcas añaden que la UE debe considerar también los posibles efectos negativos en los camboyanos en caso de que las exportaciones a Europa del sector textil, clave en el país, dejen de estar exentas de aranceles.
«Estamos de acuerdo con la Comisión Europea en abordar la situación de los derechos humanos y civiles en Camboya, pero al mismo tiempo recomendamos considerar el impacto económico, social y de derechos humanos que ocasionaría dicha retirada», aseguró Stefan Pursche, director de relaciones con los medios de Adidas.
Pursche señaló que el sector de ropa y calzado ha contribuido a mejorar las condiciones laborales y de vida de los trabajadores, a reducir la pobreza y a promover un crecimiento sostenible.
La industria textil, uno de los pilares de la economía camboyana, es el único sector que cuenta con un salario mínimo que se duplicó con creces entre 2013 y 2019, pasando de 80 a 182 dólares mensuales.
Camboya es uno de los países en desarrollo a cuyas exportaciones -excepto armas y municiones- la UE ha concedido exención de impuestos y contingentes, en virtud del acuerdo comercial «Todo Menos Armas» (TMA).
En febrero de este año, la Comisión Europea comenzó un proceso de un año de duración para supervisar, evaluar e informar sobre si el país del sudeste asiático está cumpliendo con sus obligaciones en materia de derechos, tal y como exige el acuerdo. La UE tendrá en cuenta la respuesta de Phnom Penh al informe. La eventual suspensión del TMA tendría lugar tras un periodo de gracia de seis meses.
La decisión de la Comisión se produce tras meses de advertencias de la UE a Camboya sobre la merma de espacio a la oposición política y a la sociedad civil, las restricciones a la libertad de asociación y a los derechos de negociación colectiva, entre otros.
La UE critica las elecciones celebradas el pasado mes de julio en Camboya en las cuales el partido gobernante del primer ministro Hun Sen se hizo con los 125 escaños parlamentarios después de que el principal partido de la oposición fuese declarado ilegal en 2017.
El período preelectoral estuvo marcado por la represión a la oposición, grupos civiles y medios de comunicación independientes. Hun Sen afirma que el país puede sobrevivir sin el acuerdo TMA.
Paralelamente, el Gobierno anunció medidas con el objetivo de reducir el coste para hacer negocios, lo que según el primer ministro permitirá a Camboya mantenerse competitiva en el caso de que Europa rescinda el acuerdo, publicó el diario «PhPhnom Penhh Post».
Por ahora, la UE es el mayor socio comercial, ya que es receptora de casi la mitad del total de las exportaciones camboyanas -ropa, calzado y productos agrícolas, principalmente- por un valor de 4.900 millones de euros el pasado año, según cifras de la Comisión Europea.
Casi todas estas exportaciones -las correspondientes a un valor de 4.700 millones de euros- accedieron al mercado europeo a través de las tarifas preferentes del TMA.
Según el Banco Mundial, en caso de derogarse el tratado, la mayoría de las exportaciones camboyanas a Europa serían gravadas con un impuesto aduanero del 12 por ciento.
A juicio de Miguel Chanco, economista jefe especializado en Asia de la consultora Pantheon Macroeconomics, la retirada del acuerdo «sería devastador para la industria textil camboyana teniendo en cuenta los escasos márgenes del sector y la importante demanda de sus productos en la UE».
Un ejemplo: Camboya proveyó a Adidas de un cuarto del volumen total de su ropa deportiva el pasado año, más cantidad que cualquier otro país, incluidos China y Vietnam, según el informe anual de Adidas de 2018.
Pursche dijo que la compañía estaba siguiendo de cerca la situación del TMA, analizando los posibles efectos y trabajando en medidas que pudiesen limitar el impacto de una retirada de las actividades de Adidas.
El sector textil en Camboya emplea a unos 700.000 trabajadores, cuyos puestos peligrarían si se retira el acuerdo.
Ken Loo, secretario general de la Asociación Manufacturera Textil en Camboya (GMAC, por sus siglas en inglés) aseguró que la entidad ha elevado sus preocupaciones a la UE. «Si hay menos demanda, obviamente necesitaremos menor número de empleados», afirmó Loo y advirtió que si las fábricas no obtienen ganancias podrían quebrar.
Los proveedores camboyanos de Adidas y H&M emplean respectivamente a 70.000 y 77.500 trabajadores que fabrican ropa, calzado y accesorios. Sara Hampus, responsable de prensa de H&M, dijo que la marca espera que Phnom Penh «tome las acciones necesarias para mejorar los derechos laborales y humanos en el país».
Tanto Adidas como H&M declinaron estimar cómo afectaría a sus respectivos negocios en Camboya la introducción de aranceles de la UE.
A las firmas «no les importa si se aplica o no el TMA. Lo único que cuenta es el precio final que tienen que pagar para llevar el producto a Europa», indicó Loo.
Si Camboya pierde su estatus será más caro para la UE comprar a proveedores camboyanos, dijo. «Si somos capaces de reducir el costo aquí significa que podemos ofrecer productos a un menor precio».
Por Matt Surrusco (dpa)
Foto: Arjay Stevens/dpa