Es algo que el ser humano lleva dentro de sí mismo y, aunque los sistemas sociales que hemos creado parecen ir en contra, el verdadero sentimiento aún perdura. A poco que seamos conscientes de ello, brota como un manantial salvaje y puro de entre la hierba. El amor por la naturaleza sigue latente en cada uno de nosotros, algo fácil de entender, pues es amor a uno mismo y a lo que siempre hemos sido, seres que formamos parte de un sistema que nos dio la vida y la oportunidad de desarrollarnos, como hace cualquier madre con su propio hijo.
Por tanto, la respuesta a la pregunta que encabeza este artículo no vendrá determinada por una serie de frases correctas, de asuntos lógicos, de consejos didácticos… la respuesta la encontraremos dentro de cada uno de nosotros, la que proviene del recuerdo de lo que fuimos y ansiamos volver a ser, en prefecta unión con la naturaleza.
Para disfrutar de la naturaleza solo tendremos que dejar salir la esencia, la buena voluntad y aquello que realmente somos. Esa es la única manera de disfrutar plenamente de ella, no andarnos con remilgos, miedos y prejuicios, y sobre todo tratarla con el mayor de los respetos.
No debemos bajo ningún concepto dejar algún tipo de huella de nuestro paso, nada de basuras o cambios que puedan perjudicar el entorno y a sus habitantes, disfrutar de ella debe significar no querer cambiarla, sino desear que se extienda, que se desarrolle libremente y vuelva a ocupar cada rincón que le fue robado.
Pero, como seres humanos que somos, necesitamos elementos, objetos que nos ayuden en ese disfrute. Por ejemplo, un buen calzado que cubra el tobillos y sea impermeable, mochilas cómodas y resistentes, una cantimplora, ropa adecuada al entorno y a la época, un bastón de marcha, una cámara fotográfica para atrapar momentos y volver con imágenes de la belleza que vamos a contemplar, unos prismáticos para observar aquello que se nos queda inalcanzable… En este sentido, encontrar los mejores, los que más calidad ofrezcan, será cuestión de buscar en comparativas como las que nos ofrecen en la dirección web Prismaticos.top, donde vamos a poder encontrar un análisis de los 6 mejores prismáticos para el 2019 según los máximos expertos en esta materia.
En cualquier caso, lleves el equipo que lleves, actúa en silencio, no dejes ningún rastro de tu paseo por lo natural, y si puedes y quieres deja el entorno más limpio de lo que lo encontraste, llevándote contigo algo de la basura, que probablemente encuentres y que algún despistado o inconsciente dejó olvidada. De ese modo, podrás seguir disfrutando de la naturaleza cada vez que vuelvas, encontrándola siempre un poco más limpia.
La naturaleza en nosotros
La naturaleza no solo se disfruta cuando vamos a visitarla, sino que es una obligación de buenos ciudadanos el traer la naturaleza a nuestro entorno urbano, a nuestras vidas en sociedad, a la comunidad en general. Debemos comenzar a cambiar el pensamiento que nos ha llevado a pensar que las plantas crecen en las aceras y no que hemos echado asfalto y adoquines sobre el lugar donde crecen las plantas.
El cambio de paradigma que nos ha llevado a destruir de esta forma tan miserable el medioambiente debe dar sus primeros pasos en un cambio consciente de nuestra situación en el mundo, de la forma en cómo concebimos el consumo y el progreso, debemos ser capaces de ir introduciendo en nuestro modo de vida pequeños, peros sustanciales cambios que no cambien drásticamente el confort que hemos construido, a la vez que colaboren en la medida de lo posible en el frenado del deterioro ecológico y la posterior reconstrucción de los sistemas naturales.
Cambios como el comer alimentos procedentes de cultivos orgánicos y respetuosos con el medio ambiente, utilizar marcas cosmética natural, sin parabenos, incluso aquellas marcas de cosmética natural profesional, ser más exigentes con este mercado en general, vestir ropas provenientes del comercio justo, que no hayan pasado por procesos contaminantes, asegurarse ante la compra de cualquier producto que contiene los sellos que los estados y organismos otorgan a los que mantienen una relación de respeto con la naturaleza…
Debemos sumar esfuerzos y participar activamente en aquellos procesos y acciones de protección medioambientales que se produzcan en nuestro entorno más cercano, debemos ser activistas, no podemos dejar que el mundo se destruya viendo la televisión, esperando que otros lo arreglen. Es nuestra casa y debemos protegerla, existen innumerables asociaciones y grupos de trabajo con misiones específicas, elige la tuya y actúa.
Pero, sobre todo, debemos elegir las políticas que favorezcan esta protección, y si las acciones que nuestros dirigentes ejecutan van en contra de lo moralmente exigible, debemos actuar en consecuencia, oponiéndonos a los abusos y a la destrucción de la naturaleza.
No podemos ni debemos permanecer impasibles ante este deterioro continuado, debemos cambiar de hábitos, volvernos más activos y trabajar por devolver el lugar que, por derecho propio, debe tener la naturaleza.