El presidente del Principado de Asturias, Javier Fernández, anunció este miércoles durante el acto académico que organiza la Escuela de Ingeniería de Minas, Energía y Materiales con motivo de la festividad de Santa Bárbara, que Asturias necesita tiempo para abordar su transición energética, y España también, porque es un asunto en el que los beneficios son globales y los costes locales.
En este sentido, Fernández, afirmó que se trata de establecer una verdadera transición energética justa para todos.
“Asturias necesita tiempo para abordar su transición energética, y España también, porque en un asunto en el que los beneficios son globales y los costes locales (hablo del calentamiento climático) yo no quiero que ni España ni Asturias paguen más coste que el que objetivamente les deba corresponder. Escuchamos muchas veces hablar de transición energética justa. Ocurre que lo controvertido son los criterios de justicia a partir de los cuales hay que tomar decisiones, y esa transición no será justa si no se encuentra correctamente el registro temporal para un problema que necesita articularse adecuadamente en el medio y largo plazo. Ni debemos ir por delante de lo que marca la UE ni establecer fecha fija para la desaparición de esta o aquella tecnología porque en un asunto así es mejor estar aproximadamente en lo cierto que exactamente equivocado”, puntualizó el presidente del Principado de Asturias.
Además, señaló que la paradoja de nuestro tiempo es que los asombrosos avances científicos han hecho un mundo menos calculable.
“La paradoja de nuestro tiempo es que los asombrosos avances científicos han hecho un mundo menos calculable. Por eso necesitamos personas capaces de saber qué hacer con aquellas pocas cosas de las que estamos seguros y, créanme, no veo a nadie mejor equipado para ello que quienes tienen una formación que les permita ver el peligro de dejar a la tecnología seguir su propia lógica y tomar conciencia de que los sistemas inteligentes lo son porque en determinadas ocasiones son capaces de oponerse a quienes los dirigen”, concretó Fernández.
Finalmente mencionó que los ingenieros de minas tienen la capacidad de adaptarse a las peculiaridades de cualquier sector, de cualquier exigencia, de cualquier actividad.
“Es curiosa esa percepción cuando hemos experimentado avances científico-tecnológicos insospechados, hemos pasado de la era analógica a la digital y hemos transitado de la sociedad industrial a la de la información. Pero, más allá de esa evidente transformación, creo que esta profesión imprime un cierto sello, un carácter casi inmutable, y también pienso que sigue siendo cierta la idea que entonces se tenía de nuestra versatilidad: que los ingenieros de minas podíamos adaptarnos a las peculiaridades de cualquier sector, de cualquier exigencia, de cualquier actividad. Seguramente, la mantengo porque yo mismo soy un ejemplo (bastante raro, eso sí) de esa capacidad. Incluso considero que esa es una de las grandes ventajas de esta profesión”, concluyó Javier Fernández.