El River vs Boca se jugará fuera de Argentina

Asunción, 27 nov (dpa) – El clásico River Plate-Boca Juniors más esperado de la historia se jugará fuera de Argentina por motivos de seguridad, después de los incidentes ocurridos el sábado en Buenos Aires.

La Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) anunció hoy que el partido de vuelta de la final de la Copa Libertadores entre los dos equipos más conocidos de Argentina se disputará fuera del país y el 8 o el 9 de diciembre.

Aunque todo está todavía en el aire, ya que el presidente de Boca Juniors, Daniel Angelici, aseguró hoy que su club no jugará el partido de vuelta y que confía en que el Tribunal de Disciplina de la Conmebol le dé por ganada la final.

Boca pidió la descalificación de River por los incidentes del sábado y reclamó el título. «No vamos a jugar ningún partido hasta que el tribunal se expida», señaló Angelici en Asunción, donde aseguró que incluso están dispuestos a acudir a la Corte Arbitral del Deporte de Suiza -el máximo tribunal deportivo del mundo- con su reclamo.

La Conmebol no se pronunció respecto al pedido de Boca y en su comunicado se comprometió a anunciar «a la mayor brevedad» la fecha, la sede y el horario del encuentro de vuelta.

De momento, no hay detalles sobre qué ciudades podrían albergar la final, aunque ya hay algunas ofertas: el alcalde de Medellín indicó en Twitter que la ciudad colombiana podría albergarla, mientras que Génova, en Italia, también ofreció sus instalaciones.

Otra opción que destacan medios argentinos es la de Asunción, sede de la Conmebol y que está a unos 1.000 kilómetros al norte de Buenos Aires. El partido de ida, disputado a principios de noviembre, terminó 2-2, por lo que todo está abierto.

La Conmebol se reunió de urgencia después de que hinchas violentos de River reventaran el sábado las lunas del autobús de Boca con piedras y botellas durante el trayecto de la plantilla «xeneize» hacia el estadio Monumental.

Después, hubo altercados entre la Policía y los aficionados de River, lo que provocó que las fuerzas del orden lanzaran gas pimienta. Varios jugadores de Boca se vieron afectados por las piedras y los gases y su capitán, Pablo Pérez, fue llevado a un hospital con heridas en un ojo.

La Conmebol anunció entonces que el encuentro se postergaba del sábado al domingo, pero un día después se canceló otra vez a petición de Boca, que aseguró que sus jugadores todavía no estaban preparados.

«Conforme a los hechos de violencia ocurridos en Buenos Aires, los cuales pusieron en riesgo la seguridad de los jugadores, oficiales y aficionados (…), resulta prudente que el partido final no se juegue en dicho país», explicó hoy el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, en una carta enviada a los máximos dirigentes de River y Boca.

La confederación sudamericana «se hará cargo de los gastos de viaje, hospedaje, alimentación y traslado interno de hasta 40 personas por delegación» y será además el organismo que coordine la seguridad con las autoridades correspondientes.

La final entre los dos grandes de fútbol argentino invadió la actualidad del país sudamericano y suscitó la atención de gran parte del mundo.

El partido de ida acabó 2-2 después de que fuera postergado un día por unas inundaciones en Buenos Aires y el encuentro de vuelta tenía que haberse jugado este sábado.

Tras los incidentes, dimitió el ministro de seguridad de Buenos Aires, Martín Ocampo. Todo ello ocurrió además a pocos días de que la capital argentina reciba viernes y sábado a la mayoría de los líderes mundiales en la cumbre política de G-20.