Madrid, 21 nov (dpa) – La crispación por la crisis independentista en Cataluña alcanzó hoy nuevos máximos en el Congreso en Madrid, donde un diputado separatista terminó expulsado de la Cámara en una tensa sesión que incluyó al ministro de Exteriores español denunciando un supuesto escupitajo.
La escalada de nervios comenzó cuando Gabriel Rufián, diputado del partido independentista catalán Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) conocido por su estilo provocador, tachó de «hooligan» y «fascista» al ministro de Exteriores, Josep Borrell, y lo calificó como «el ministro más indigno de la democracia española».
Rufián arremetía contra el ministro, también catalán y férreo antiindependentista, por la situación de nueve políticos catalanes que se encuentran en prisión preventiva a la espera de ser juzgados por presuntos delitos vinculados al referéndum soberanista ilegal celebrado el año pasado en la región.
En su turno de respuesta, Borrell lamentó que, en lugar de debatir, Rufián vertiera «serrín y estiércol»: «Es lo único que usted es capaz de verter». Como el diputado independentista seguía gesticulando de pie, en contra del reglamento del Congreso, la presidenta de la Cámara, Ana Pastor, terminó expulsándolo del hemiciclo.
Todo el grupo de ERC abandonó la Cámara junto a Rufián, primer expulsado del Congreso desde 2006, según el diario «El País». Cuando los diputados pasaban junto a Borrell, el ministro aseguró que uno de ellos se giró y lo escupió, un extremo negado luego por el partido independentista.
En medio de una de las escenas más tensas vividas en la Cámara, la presidenta Pastor, visiblemente emocionada, pidió respeto con un breve discurso: «Esta es la casa de la palabra y no se puede utilizar para insultar. ¿Cómo puede ocurrir esto cuando en teoría esta debiera ser la generación de parlamentarios mejor preparada y deberían dar ejemplo en el buen uso de la oratoria?», lamentó.
El propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, lamentó luego la imagen mostrada por la política española. «Hoy en el Congreso se han dicho y hecho cosas terribles. No es la primera vez», dijo en un largo comunicado. «No hay nada más peligroso para una democracia que la desafección ciudadana ante sus representantes e instituciones, y lo sucedido hoy camina en esa dirección».
La escena vivida en el Congreso de los Diputados español refleja la tensión política que sigue generando la crisis secesionista aún abierta en Cataluña a la espera del juicio a 18 procesados por el referéndum ilegal del año pasado.