Madrid, 22 oct (dpa) – El Real Madrid recibirá mañana al Viktoria Plzen checo en la tercera jornada de la Liga de Campeones con el objeto de adquirir un anestésico con el que poder aliviar la profunda crisis que atraviesa el actual rey de Europa.
El terremoto que asola a los blancos es de enormes dimensiones y casi parece un milagro que su técnico, Julen Lopetegui, se vaya a sentar en el banquillo para mañana. Muchos lo dan por sentenciado incluso si mañana gana.
«Si pretendéis ver a un entrenador hundido y abatido, no miréis aquí. Estoy con la máxima ilusión y ambición», manifestó hoy el técnico blanco a los periodistas.
Pero la racha es aterradora: cinco partidos sin ganar y tres derrotas consecutivas. Una de ellas fue ante el CSKA Moscú en la anterior jornada de la Liga de Campeones en lo que pudo ser el principio del fin para Lopetegui.
Su última derrota ocurrió el sábado ante el modesto Levante y fue por 2-1 en casa. El encuentro resumió uno por uno los males del equipo: falta de confianza, graves errores individuales, problemas para hacer goles y juego cansino, entre otros. Lo curioso fue ver que el Santiago Bernabéu no pidió la dimisión del técnico. Parece buscar culpables en otra parte.
El equipo checo se presenta teóricamente como un rival propicio para aplicar calmante, pero también lo parecían CSKA y Levante y ya se sabe lo que ocurrió. De tal forma que el Santiago Bernabéu asiste a momentos como poco confusos mientras el péndulo del tiempo agujerea la cabeza de Lopetegui. Y al final de la semana le esperaría el Barcelona en el clásico. Si es que llega.
Pero este Real Madrid, como su entrenador, no está como para pensar a medio plazo y lo que interesa es ir tapando inmediatamente cada una de las muchas grietas del dique que ahora amenazan con el hundimiento. Y lo primero es un Viktoria Plzen que pasa por ser uno de los equipos más débiles del torneo.
El conjunto checo visitó España en tres ocasiones con un balance de otras tantas derrotas, cuatro goles recibidos y ninguno marcado. Ahora llega al Santiago Bernabéu con un punto en el saco tras empatar 2-2 con el CSKA Moscú en la jornada inaugural de la Liga de Campeones y una contundente derrota por 5-0 ante la Roma en la pasada jornada.
El Real Madrid necesita no sólo ganar, sino hacer goles para recuperar parte de la confianza perdida y mejorar su media en el grupo de la Liga de Campeones, donde está a un punto del CSKA e igualado a tres con la Roma.
Para ello, Lopetegui contará con el regreso de Toni Kroos tras descansar ante el Levante y la delantera estaría formada por Karim Benzema y Gareth Bale. Además, Isco acompañaría a Luka Modric en la creación, salvo que Lopetegui decida guardar al croata para la cita ante el Barcelona.
«El equipo está vivo y estamos ilusionados y convencidos de revertir la situación», afirmó Lopetegui.
El Santiago Bernabéu asistirá a un encuentro en el que el Real Madrid tiene poco que ganar y mucho que perder. O, más exactamente, su entrenador.
Por Alberto Bravo (dpa)