Berna (Suiza), 22 oct (dpa) – El Valencia visitará mañana al Young Boys suizo en la tercera jornada de la Liga de Campeones con la única consigna de ganar para mantener intactas sus opciones en la máxima competición continental.
El conjunto español apenas logró un punto en los dos primeros partidos dentro de un grupo H que tiene a Juventus y Manchester United en cabeza. Pero dado que éstos dos últimos se miden en Old Trafford, es la ocasión para el Valencia de reengancharse a la pelea.
El equipo de Marcelino García Toral suspira por un triunfo de la Juventus para poder tener la oportunidad de igualar al Manchester United a cuatro puntos. La siguiente premisa sería ganar al débil Young Boys.
El conjunto suizo, su rival para los dos próximos partidos, perdió los dos encuentros precedentes en el grupo y recibió seis goles. Y, como el Valencia, no marcó ninguno.
El conjunto español está todavía lejos de la forma que le permitió la pasada temporada regresar a la Liga de Campeones tras tres años de ausencia. Así, en la Liga española sólo es decimocuarto con diez puntos tras sumar una sola victoria, siete empates y una derrota en nueve jornadas.
Su mal está detectado: le cuesta un mundo hacer goles. Sus siete tantos que consiguió en la Liga española supone la segunda peor marca del torneo y en la Liga de Campeones no se estrenó. Se espera mucho más de un equipo con delanteros como Rodrigo Moreno, Kevin Gameiro o Michy Batshuayi.
Marcelino no podrá contar con Ezequiel Garay, Denis Cheryshev, Gonçalo Guedes y Santi Mina, y podría alinear un equipo con Dani Parejo, Carlos Soler, Rodrigo Moreno y Gameiro en la parte ofensiva.
Situado en el puesto 74 de la clasificación de la UEFA, el Young Boys accedió a la actual edición de la máxima competición continental tras eliminar al Dinamo de Zagreb croata en la ronda previa a la fase de grupos.
De momento, apenas tuvo oportunidad de competir ante rivales como Juventus o Manchester United, aunque fía sus opciones de victoria a lo que puedan hacer jugadores como Christian Fassnacht, Miralem Sulejmani o Guillaume Hoarau.
El pequeño Stade de Suisse llenará sus 30.000 asientos para presenciar un partido que podría significar el adiós prematuro del perdedor. Para ambos es toda una final, especialmente para el Valencia, un conjunto con la aspiración de al menos pelear el pase a octavos de final.
