Londres, 14 jul (dpa) – El serbio Novak Djokovic jugará la final de Wimbledon por quinta vez en su carrera, después de derrotar a Rafael Nadal en semifinales y citarse con el sorprendente sudafricano Kevin Anderson en el duelo por el título.
La épica victoria de Djokovic sobre Nadal fue por 6-4, 3-6, 7-6 (11-9), 3-6 y 10-8 en cinco horas y 14 minutos, en un partido que tuvo que dividirse entre el viernes y el sábado.
En la noche del viernes a las 23:03 (hora local) tuvo que suspenderse el partido, debido a las normas comunitarias que no permiten jugar más tarde de esta hora en el torneo británico. Con un marcador de 6-4, 3-6, 7-6 (11-9) para el serbio y dos horas y 54 minutos, todo debió resolverse este sábado a partir de la una de la tarde londinense.
Fue la singularidad del capítulo 52 de la rivalidad más repetida de la era abierta del tenis. Esta vez Djokovic consiguió su billete para la final número 22 en un Grand Slam a lo largo de su carrera, donde presenta un récord de 12 títulos y nueve finales. Además, amplió el cara a cara ante el número uno del mundo que ya es de 27-25.
«Si te enseño mis pies, lo entenderías», sintetizó Djokovic lo que le demandó el tremendo partido ante el número uno del mundo. «Nadal es probablemente el luchador más grande que ha jugado a este deporte. Batalla cada punto como el último. Es lo que hace que sea tan difícil de batir en cualquier superficie», completó el serbio.
Nadal no fue menos en su análisis. «Hoy fue otra batalla que quedará para la historia», resumió el español, dos veces campeón en el All England. «El mayor desafío es que estoy jugando ante uno de los mejores jugadores de la historia, y algo similar será para él».
«El respeto que nos tenemos es muy alto porque hemos jugado muchas veces en los mayores escenarios y hemos compartido grandes momentos en pista», añadió Nadal.
Y ninguno de los dos exageró en sus palabras. Jugaron un duelo que parecía aumentar en intensidad a medida que sumaban minutos y horas de partido. Con todas sus armas a disposición, llegaron a un quinto y decisivo set, en el que cualquiera pudo ganar.
Pero fue finalmente el serbio el que pudo quebrar en su segundo match point, después de que levantar cinco puntos de rotura unos minutos antes, entre ellos un 15-40.
«Hoy he tenido cinco break points para estar break arriba en el quinto set y la opción de cerrar el partido», se lamentó Nadal. «Hoy era el día de que ganara el rival, hay que aceptarlo y felicitarlo. Ha sido un partido muy bonito, estoy satisfecho por la manera en la que he competido, he jugado, he luchado y me he entregado, pero hoy ha sido para el rival», comentó el español.
Para Djokovic, en cambio, el partido tuvo un significado especial: después de pasar un calvario con la lesión en su codo derecho, que le llevó incluso a pasar por el quirófano, está en una final de Grand Slam dos temporadas más tarde, algo que no conseguía desde el US Open 2016.
«Ha habido momentos de dudas, de frustración, de decepción, donde te preguntas si querías seguir de esta forma u otra», aseguró. «No conozco a nadie que sea capaz de mantenerse positivo siempre, tener confianza en sí mismo siempre al 100 por ciento. Si me hubieses dicho esto hace seis meses, lo firmaba», remarcó.
El serbio peleará por el título de Wimbledon frente a Kevin Anderson este domingo. Djokovic domina el cara a cara por 5-1 y será la tercera vez que se enfrenten sobre el césped londinense. La última vez que lo hicieron el duelo se decidió en cinco sets, después de que el de Belgrado levantara dos sets a cero. Esta será la primera vez que lo hagan con un título en juego.
«Yo no sé si soy el claro favorito. Creo que estamos bastante parejos», indicó el balcánico. «Él va a jugar su segunda final de Grand Slam, tras la del US Open el pasado año. Está jugando el mejor tenis de su vida», añadió.
El sudafricano fue el encargado de dejar fuera al ocho veces campeón Roger Federer en cuartos de final, dos días antes de completar la semifinal más larga de Wimbledon. El pasado viernes superó a John Isner en seis horas y 36 minutos por 7-6 (8-6), 6-7 (5-7), 6-7 (11-9), 6-4 y 26-24.
«Llega después de dos épicos partidos a cinco sets. No creo que tenga mucho que perder mañana. Él va a salir con un gran servicio y un gran tenis», continuó explicando sobre su próximo rival. «Espero poder escapar de la tormenta».
A pesar de que sólo entre sus dos últimos partidos, Anderson acumula casi once horas en pista, Djokovic recordó que tendrá un día de descanso, algo que el balcánico no podrá disfrutar.
«Kevin pasó bastantes horas en pista en sus últimos dos partidos, pero ha tenido un día de descanso, que es bastante necesario a estas alturas», señaló. «Desearía poder tener un día. Pero es lo que hay. Tendré que aceptar las circunstancias y tratar de recuperar lo mejor que pueda».
Mañana tendrá la ocasión de sumar su Grand Slam 13 con su cuarto Wimbledon, y agigantar aún más su leyenda.
Por Alberto Becerra (dpa)