Londres, 12 jul (dpa) – La Centre Court del All England Lawn Tennis and Croquet Club vivirá mañana el capítulo 52 de la rivalidad más repetida de la historia del tenis entre el español Rafael Nadal y el serbio Novak Djokovic, que pelearán por una plaza en la final de Wimbledon.
Será el reencuentro de dos dinámicas distintas. Por una parte, la del número uno del mundo que ha confirmado su gran momento sobre el césped británico, regresando a semifinales siete años después tras levantar su Grand Slam número 17 en París. Por otra, la del serbio que está cada vez más cerca de alcanzar el nivel que intimidó durante tantas temporadas en el circuito de la ATP.
«Él viene de pasar un momento malo o menos bueno en su carrera, pero su nivel está totalmente recuperado», advirtió el español a unas horas de medirse de nuevo al de Belgrado.
Djokovic acumula nueve victorias en los diez encuentros que ha encarado en la gira sobre césped. En Queen’s hace apenas dos semanas se presentó en la final, donde dejó escapar un punto de partido ante el croata Marin Cilic, mientras que en Wimbledon está en disposición de pelear por jugar la última ronda por primera vez desde 2015.
«No ganó la final de Queen’s, porque a veces cuando vas con una dinámica no tan buena cuesta ganar según qué tipo de partidos, pero es un partido que tenía que haber ganado porque fue mejor que Cilic», advirtió el balear. «Y aquí está jugando muy bien. Djokovic está a un nivel normal, es el Djokovic de toda la vida».
La discreta temporada de Djokovic provocó que aterrizara en la capital inglesa como número 21 del mundo. Mucho más atrás del verdadero nivel que esconde su raqueta. Pero Nadal tiene claro que, desde la pasada edición de Roma, el serbio ha dado un «click». En el Foro Itálico alcanzó las semifinales, en Roland Garros se quedó en cuartos de final, mientras que en Queen’s disputó la final.
Djokovic no esconde de dónde viene: «Obviamente es diferente llegar a semifinales este año, mirando 15 meses atrás. Después de lo que ha ocurrido, mis resultados no estaban a la altura de lo que venía haciendo».
Pero Nadal advierte que es tan peligroso como siempre: «Ya jugó muy bien en Roma, en Roland Garros jugó mejor, aunque con altibajos, y la pasada semana en Queen’s jugó a un muy alto nivel. Pude ver todo el partido».
En la pista central de Wimbledon, el español tratará de igualar el cara a cara que, hasta ahora, se decanta del lado de su rival por 25-26. «Juego contra uno de los mejores jugadores de la historia de nuestro deporte», confesó Nadal que sabe bien lo que es enfrentarse al balcánico.
Eso sí, Nadal encadena dos victorias consecutivas en el Masters 1000 de Madrid en 2017 y el Masters 1000 de Roma este mismo curso. Hasta entonces, Djokovic había ganado los siete partidos anteriores.
En hierba el duelo frente a frente se decanta del lado del español por 2-1. En Wimbledon 2007 y Queen’s 2008, la victoria fue a parar a manos de Nadal, mientras que en Wimbledon 2011 fue para Djokovic. Aquella fue la última vez que se cruzaron sobre el verde como escenario de fondo.
«Es uno de los partidos más difíciles que uno puede tener en el mundo del tenis, me ha dado problemas a mí igual que a todo el mundo», señaló el segundo cabeza de serie. «Es un jugador de máximo nivel».
Para llegar hasta semifinales, Djokovic ha tenido que superar al americano Tennys Sandgren, al argentino Horacio Zeballos, al británico Kyle Edmund, al ruso Karen Khachanov y al japonés Kei Nishikori.
«Estoy intentando usar mi experiencia y los recuerdos que tengo para estar en las rondas finales de los Grand Slam», aseguró el discípulo de Marian Vajda.
El israelí Dudi Sela, el kazajo Mikhail Kukushkin, el australiano Alex de Miñaur, el checo Jiri Vesely y el argentino Juan Martín del Potro han sido los cinco peldaños que ha debido ascender el español. El último, en una épica batalla que se decidió tras cuatro horas y 48 minutos en cinco mangas.
«No tengo más opción que descansar, dormir las horas que uno necesita, hacer la recuperación pertinente, rehidratarse bien y hacer las cosas que ayuden a nivel de alimentación y de todo lo que pueda ayudar a estar mejor», indicó Nadal.
«Este jueves era importante hacer un entrenamiento suave, pero con una movilidad adecuada para que el cuerpo no se quede duro», finalizó antes de seguir tratando de ampliar su leyenda. Y es que en Londres busca su final 25 de Grand Slam. Con permiso del Djokovic de toda la vida.