¿Venezuela o España? Mientras decide, Muguruza saborea el éxito

5845255wMelbourne, 15 ene (dpa) – Garbiñe Muguruza nació en Caracas, vive en Barcelona, tiene familia en el País Vasco español y, ahora que comenzó a saborear el éxito en el tenis, prefiere no pensar de dónde es ni a quién representará.

«De momento no lo tengo nada claro», admitió la jugadora en un entrevista con la agencia dpa en Melbourne, donde mañana, jueves, buscará la tercera ronda del Abierto de Australia enfrentándose a la eslovaca Anna Schmiedlova.

A sus 20 años el tenis le está dando a Muguruza una nueva oportuidad, porque tras seis meses de ausencia del circuito debido a una lesión -osteocondritis en el tobillo derecho-, el éxito llegó inesperadamente en forma de título, el primero de su carrera, en el torneo de Hobart.

«Se ve que Hobart me hace sentir muy a gusto, porque el año pasado gané allí el dobles. Pero lo más gracioso es que esta vez no iba a ir a Hobart, porque estaba en Auckland jugando cuartos de final y tenía que jugar la clasificación».

«Al final dijimos con mi entrenador que iríamos a jugar si hacíamos a tiempo. Me visto de partido, vuelo, llego una hora antes del partido, me llevan al torneo y me pongo a calentar. ‘Haz lo que puedas y poco a poco’, me dijo Alejo (Mancisidor, su entrenador). Y terminé ganando el torneo. Dicen que cuando a un torneo vas mal y no te lo esperas, es cuando mejor juegas».

Muguruza sonríe con amplitud. Articulada en su discurso, habla velozmente y con el aplomo de alguien mayor, cualidad que no le viene mal para describir su enmarañada situación en cuanto a nacionalidades.

«No sé la verdad por qué me llaman guipuzcoana», dice riendo la número 38 del ranking mundial. Guipuzcoa es una de las tres provincias del País Vasco español, que incluye a Eibar, una ciudad en la que viven familiares suyos.

«Yo realmente siempre estoy en Barcelona, en el País Vasco está la familia de mi padre, pero voy muy poco, realmente no tengo tiempo para ir».

Lo mismo le sucede con Venezuela, el país que dejó a los seis años y en el que viven su padre y sus hermanos. Allí tiene buena relación con María Vento-Kabchi, ex número uno del tenis venezolano.

«A Caracas voy de vacaciones», explica a dpa antes de hablar de Venezuela y España, los dos países por los que podría disputar la Copa Fed y los Juegos Olímpicos el día que decida a cuál representar.

«Venezuela es un país donde hay muchos cambios políticos, nunca sabes qué es lo que va a pasar. Hay que tenerlo muy en cuenta».

La decisión, si llega, no será antes de 2015. Muguruza asegura que tanto la federación española como la venezolana se portan exquisitamente con ella: «He estado en contacto con las dos y me han respetado muchísimo, no me ponen ninguna presión».

Pero la tenista es consciente de que cualquier decisión que tome tendrá consecuencias.

«Sé que es una decisión difícil y que me voy a crear muchos enemigos».

La perspectiva de ganarse enemigos nunca es agradable, pero Muguruza ya pasó situaciones más complicadas.

«Estoy muy contenta ahora pensando en todo el tiempo que estuve pasándolo mal en Barcelona y recuperándome. Me operé del tobillo y de la nariz. Estuve un mes sin poder caminar con muletas y sin poder cansarme».

Durante un mes, Muguruza jugó al tenis en silla de ruedas. A diferencia de un lisiado real, ella sabía que volvería a caminar sin problemas, pero la experiencia la marcó.

Joven de ideas firmes, cree que al tenis femenino español no se lo trata como debería.

«Creo que se compara el tenis femenino con el de chicos… Claro, como no tenemos un Nadal… Pero hay muchas en el top 100, no está tan mal. En España no promueven mucho el tenis femenino, obviamente se fijan más en los chicos».

Por Sebastián Fest