Urkullu quiere un nuevo estatus político «acordado y refrendado» en 2020

6010056wBilbao, 5 mar (EFE).- El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha animado hoy a «arrear en firme» para desarrollar el proyecto de Euskadi 2020 con los retos de afrontar la salida de la crisis y contar para esa fecha con un nuevo estatus político «acordado», «refrendado» y «respetado».

En su intervención, en una conferencia organizada por el Fórum Deusto en Bilbao, Urkullu ha comenzado parafraseando al lehendakari José Antonio Aguirre, cuando animaba a un compañero de facultad a «arrear en firme» ante los exámenes, y ha opinado que ese «mismo espíritu» es el que está detrás del proyecto Euskadi 2020.

«No es un momento cualquiera de nuestra historia. Afrontamos la oportunidad de una nueva transformación de Euskadi» y «podemos conjugar el binomio de la recuperación económica y la convivencia en paz», se ha mostrado convencido.

Según ha considerado, Euskadi 2020 representa «un desafío como nación en el marco europeo», para entonces «aspira a alcanzar uno de los tres primeros puestos del mundo en el índice de desarrollo humano, habrá consolidado la paz y la convivencia y contará con un nuevo estatus político que haya sido «acordado», «refrendado» y «respetado».

«Es el momento de alcanzar un nuevo estatus político de futuro, que dé respuesta a un contencioso político no resuelto. Euskadi quiere y puede crecer como país», ha dicho Urkullu, quien ha añadido que para 2020, también espera que la sociedad vasca sea consciente de su identidad «basada en un sentimiento de pertenencia, desde el respeto y la convivencia con otras identidades».

Ese futuro se conseguirá, según Urkullu, con el autogobierno político e institucional, y también fiscal, al que ha definido como la «joya que hay que cuidar y no se puede perder», y todo ello bajo el lema «Basque Country», que según ha dicho, no es sólo un país, sino «un estilo, una cultura y unos valores».

Para llevar a cabo el proyecto Euskadi 2020, el lehendakari también ha defendido la consecución de un «acuerdo nacional» entre instituciones, partidos y agentes económicos y sociales.

El acuerdo buscaría aportar una «visión constructiva y a largo plazo», que se aleje de la «presión de acciones urgentes y respuestas inmediatas» y de la utilización de la vida parlamentaria «como ariete de desgaste político y de Gobierno».

Ha asegurado que «no cejará» en este empeño de consenso, aunque ha reconocido que será «difícil» y como ejemplo ha citado la «imposibilidad» de alcanzar un acuerdo similar en el Estado «a pesar de las crisis económica, el paro, la corrupción o, en el caso de Euskadi, la demanda de una política para la paz».

Sobre el empleo, Urkullu ha defendido que se organice «su rescate» con la misma intensidad con la que se ha aplicado el «rescate bancario» y ha mantenido que en su proyecto, la empresa es el «cauce» para garantizar la creación de puestos de trabajo.

«La Administración pública no crea empleo, facilita las condiciones y aplica medidas de estímulo para que la empresa invierta, crezca y genere oportunidades de empleo», ha dicho, y ha confiado en que para el año 2020, el paro en Euskadi se reduzca del 16 por ciento actual al 8 por ciento.