Tegucigalpa, 4 jul (EFE).- Una falsa alarma de rescate marcó el primer día de vivir atrapados bajo tierra de once hombres en una mina artesanal de terreno inestable en el sur de Honduras.
Los buscadores de oro quedaron soterrados el miércoles en una mina en el sector de San Juan Arriba, municipio de El Corpus, departamento de Choluteca, limítrofe con Nicaragua.
La angustia de los familiares y amigos de las once personas que permanecen en el sitio se acrecentó tras la falsa noticia, proporcionada a la prensa por el director de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), Moisés Alvarado, de que ocho habían sido rescatados con vida.
Más tarde, el mismo alto funcionario pedía disculpas por la falsa información, la que atribuyó, sin precisar detalles, a datos que proporcionaba el Cuerpo de Bomberos.
Alvarado había dado la información minutos después de la llegada al sitio del presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, acompañado del titular del Parlamento, Mauricio Oliva.
«Admitimos, tuvimos una premura al confiar en datos que nos daba el Cuerpo de Bomberos. Pedimos disculpas», dijo Alvarado.
El presidente Hernández, quien al llegar al sitio recalcó que lo más importante era rescatar a las once personas atrapadas en el interior de la mina, también lamentó después, a través de la red social Twitter, que la información de Alvarado fuese falsa.
«Lamento la falsa noticia y pido disculpas, la falta de comunicación en la zona hizo que los cuerpos de socorro nos dieran falsa información. La esperanza no la podemos perder, los invito a pedirle a Dios por estos compatriotas. Lamento nuevamente la mala información», enfatizó Hernández.
La falsa versión oficial deja más abierta la posibilidad de que las autoridades de Honduras, por instrucciones de Hernández, soliciten ayuda a Chile, Guatemala o México, como había avanzado Alvarado más temprano.
Centenares de personas, entre familiares y amigos de las once personas, lo mismo que socorristas, policías, militares y personal de Salud Pública, permanecieron desde las primeras horas del día en el sitio abrigando la esperanza de un pronto rescate.
«Confiamos en Dios en que mi hijo sea rescatado con vida», dijo llorando a periodistas, sin identificarse, la madre de Geovanny Cárcamo, uno de los once atrapados en la mina.
Cárcamo tiene 17 años y, según expresó su madre, en caso de ser rescatado con vida, le pedirá que busque otro tipo de trabajo que no sea de riesgo.
El sitio del accidente también se ha convertido en un centro de oración de católicos y evangélicos que han llegado hasta la cima de la lacerada montaña donde se localiza la mina.
El titular de la Copeco dijo tras pedir disculpas por la falsa versión de que ocho hombres habían sido rescatados con vida, que las tareas de rescate continúan con el intento inicial de contactar con tres de los soterrados que estarían cerca de la boca de la mina.
El terreno inestable de la montaña donde está la mina ha impedido a los socorristas ingresar maquinaria para el rescate de los tres hombres, en tanto que se sigue desconociendo la situación de los ocho restantes.
Los tres que estarían cerca de la boca de la mina han sido identificados como Wilmer Ramírez, Byron Maradiaga y Brayan Escalante, mientras que los ocho restantes son Emilio Muñoz, Dino Anduray, Santos López, Adonis Zepeda, Olvin Muñoz, Geovanny Muñoz, Oscar Funes y Nehemías Méndez.
Una fuerte lluvia en horas de la tarde obligó a los socorristas a hacer un alto en sus labores, las que continuaron una hora después con la misma lentitud que se iniciaron desde el mismo miércoles, por la inestabilidad del terreno y las grietas en el interior de la mina, lo que representa un peligro para todos.