VENECIA (dpa) – Il commissario Brunetti es uno de los mejores guías turísticos de Venecia. Quien va pisando los talones al protagonista de la serie de novelas creada por la escritora Donna Leon vive la Serenissima como un auténtico veneciano. Y es que Brunetti evita en la medida de lo posible los ríos de turistas en la ciudad de las lagunas. Todos los años, unos 30 millones de turistas invaden la ciudad.Por eso, Brunetti a lo sumo pisa la Plaza de San Marcos por la noche. Cuando los venecianos, molestos, se abren paso durante el día entre vendedores de souvenirs y grupos de escolares entre el Campanile, la Basílica de San Marcos y el Palacio Ducal, el comisario esquiva la Piazza San Marco o el cercano Teatro La Fenice, escenario de sus pesquisas en «Muerte en la Fenice». Prefiere caminar por pequeños callejones rumbo a la comisaría en el barrio de Castello, donde también se encuentra, muy cerca de su oficina, uno de sus restaurantes favoritos. La trattoria «Da Remigio» efectivamente es tan buena como la describe Donna Leon en sus libros. El dueño, Fabio Bianchi, está orgulloso de sus platos de pescado.
Donna Leon y su comisario son hedonistas. Quien se une a sus excursiones culinarias rara vez se lleva una decepción. Lo que en «Da Remigio» se sirve en el plato estaba en la mañana del mismo día en el mercado de pescado «La Pescheria», cerca del Puente de Rialto. Brunetti pasa por ahí diariamente cuando se dirige de su casa, en el barrio de San Polo, al trabajo.
A orillas del Canal Grande, alrededor del Puente de Rialto, hay decenas de restaurantes que intentan atraer a clientes con su menú turístico, que muchas veces es caro e insípido. Brunetti evita esos sitios y prefiere pequeños locales tradicionales como «Antico Dolo» o «Do Mori», en el mercado de frutas y verduras. Ahí, il commissario se permite beber «un ombra», tal como los venecianos llaman una copita de vino entre comidas.
Para acompañar el ombra, en los bares hay cicchetti. «Son pequeñas delicias, como panecillos con verdura fresca o salchicha, sardinas maceradas o albondiguitas de pescado», explica Gianni, quien está detrás de la barra en el diminuto restaurante «Do Mori», que siempre está lleno. Solo unos cuantos metros separan «Do Mori» del Puente de Rialto, bajo el cual pasan cantando los gondolieri que, entre un enjambre de lanchas a motor malolientes, llevan remando a los turistas por el Canal Grande en dirección a la Plaza de San Marcos.
Poco antes de la Plaza de San Marcos se encuentra el hotel de lujo «Gritti» y el famoso «Harry’s Bar», donde le gusta entrar a Patta, el jefe de Brunetti, como cuenta Donna Leon en su novela «Muerte en el Fenice»: «La jornada laboral del vice questore incluye todas las mañanas una larga estancia en la terraza del «Gritti» para tomar café. El almuerzo lo suele tomar junto a la piscina del «Cipriani» o en el «Harry’s Bar». El dueño, Arrigo Cipriani, inventó en el «Harry’s Bar» el cóctel Bellini y el carpaccio.
La misma familia sigue regentando hasta el día de hoy el «Harry’s Bar». Su hotel «Cipriani», situado en la Isola della Giudecca, frente a la Plaza de San Marcos, hace tiempo que pasó a manos de la cadena de hoteles de lujo Orient Express Hotels. En el «Cipriani», donde al jefe de Brunetti le gusta almorzar junto a la piscina más larga de Venecia, desembarcan estrellas de Hollywood durante el Festival de Cine de Venecia.
En su vida privada, Brunetti se mantiene alejado de tales sitios para famosos, al igual que de los carísimos restaurantes de lujo de la Serenissima. Il commissario a lo sumo se permite de vez en cuendo un capuccino de 15 euros (20 dólares) en el «Caffè Florian». Este café, de casi 300 años de antigüedad, está situado en los pórticos de la Plaza de San Marcos, que a veces también ejerce sobre Brunett la misma atracción mágica que a los millones de turistas. (www.turismovenezia.it).
Literatura: un acompañante ideal para un recorrido por la ciudad de las lagunas siguiendo las huellas del comisario Brunetti es el libro «Paseos por Venecia con Guido Brunetti (editorial Seix Barral, Barcelona). El libro, de 280 páginas, cuesta 16,62 euros (22,75 dólares). La misma editorial también ha publicado las novelas policiacas de Donna Leon con el comisario Brunetti.
Por Bernhard Krieger