Un mecanismo europeo para cerrar bancos, ¿pero eficaz?

UEestadosmiembroeurosI_EFBruselas, 19 dic (dpa) – La Unión Europea se ha propuesto aprender la lección de la crisis y quiere evitar que en el futuro los gobiernos y contribuyentes paguen los excesos de la banca. Para ello está construyendo una unión bancaria de la que ya se acordaron dos pilares: un supervisor común y un Mecanismo Único de Resolución, este último aprobado esta madrugada por los ministros de Economía y Finanzas de los 28 (Ecofin).

El Mecanismo Único de Resolución (MUR) será el encargado de decidir cuándo y de qué forma debe liquidarse un banco de la eurozona en problemas. Además estará dotado de un fondo de resolución único y financiado por los propios bancos. A él se podrá recurrir en caso de necesidad, siempre que primero hayan respondido los accionistas, acreedores subordinados y bonistas senior de las entidades. «Es un paso importante», afirmó al término del Ecofin el ministro de Economía español, Luis de Guindos. «Se ha logrado la arquitectura necesaria para enfrentar las crisis», agregó por su parte su homólogo francés, Pierre Moscovici.

Sin embargo, el acuerdo sobre el MUR llega un tanto minimizado respecto al proyecto original, en parte por las exigencias de Alemania. Y además es posible que encuentre resistencia en el Parlamento Europeo, que debe dar su visto bueno y apostaba más por la idea originaria.

En primer lugar el fondo de resolución único no será realmente común hasta 2026. Cuando entre en vigor, en 2016, estará formado por fondos nacionales. Si ese año un banco de Francia, por ejemplo, necesita ayuda, deberá agotarse en primer lugar el 100 por cien del fondo nacional francés antes de poder recurrir al 10 por ciento de los fondos del resto de países. En 2017 la proporción será del 90 por ciento del fondo nacional y el 20 por ciento del resto de fondos, y así sucesivamente, hasta que en 2026 todos confluyan en un fondo único, que estará dotado con unos 55.000 millones de euros.

Esta fórmula progresiva fue adoptada por presiones de Berlín, que quería evitar a toda costa que los impuestos de sus bancos se usasen para solventar los problemas de entidades extranjeras. Pero el presidente del Parlamente Europeo, el socialista alemán Martin Schulz, advirtió esta misma mañana de que esperaban «un fondo único y no varios fondos» y auguró largas negociaciones entre el Consejo y la Eurocámara.

Por otro lado, no queda totalmente excluido el uso de fondos públicos, aunque siempre en último caso, una vez agotada la vía de los accionistas y acreedores del banco y del fondo nacional. Entre 2016 y 2026, si todas esas medidas no son suficientes se podrá recurrir a «fuentes nacionales», aunque como contrapartida se impondrá otro impuesto a los bancos. O se podrá tirar del Mecanimo Europeo de Estabilidad (MEDE), que está financiado por los gobiernos de la zona euro.

A partir de 2026, cuando ya esté constituido el fondo único, habrá una especie de «cortafuegos» que podría materializarse en préstamos que pida el fondo respaldado por garantías de los estados. Eso sí, los bancos tendrían que reembolsar esas cantidades a través de impuestos.

La gran pregunta que muchos se hacen es si el MUR será lo suficientemente ágil como para responder a tiempo y tomar en pocas horas la decisión de liquidar una entidad. Y es que la toma de decisiones será compleja, sobre todo desde que se descartó que fuera la Comisión Europea quien tuviese esa competencia, de nuevo por presiones alemanas.

Se creará una Autoridad de Resolución Única que, tras ser alertada por el Banco Central Europeo, decidirá si una entidad debe ser liquidada. Su decisión entrará en vigor en 24 horas… a menos que el Consejo Europeo (los 28 países) se oponga a lo acordado por la Autoridad de Resolución. Y si se trata de un gran desembolso de dinero del fondo, la decisión recaerá siempre en el Consejo.

A pesar de este complicado mecanismo, el Ecofin confía en que se podrá actuar con rapidez, gracias a un sistema de emergencia rápido que garantizará que la decisión pueda tomarse en unas 24 o 36 horas.

Lo que sí se garantiza con la constitución de la unión bancaria es que nunca podrán tocarse los depósitos de menos de 100.000 euros (136.8000 dólares), alejando así el fantasma de una quita a los pequeños ahorristas como la que se intentó imponer en el rescate a Chipre, y a la que finalmente se dio marcha atrás tras el revuelo levantado.

Más aun, en caso de crisis los pequeños ahorristas podrán acceder a sus depósitos en un plazo de siete días hábiles, en lugar de 20, para evitar así una avalancha de retirada de dinero que no hace más que aumentar los problemas de los institutos financieros.

Por Laura del Río