Por Nicola Menke (dpa) – Cuando empiezan a notarse los signos de la edad, para muchas personas la imagen que les devuelve el espejo se vuelve desagradable. En ese momento un lifting general o de algunas zonas del rostro puede ser de ayuda, pero se trata de una operación que siempre entraña algún riesgo.
Aunque muchos sueñen con ser eternamente jóvenes, eso no es posible, y la edad suele reconocerse enseguida en el rostro. «La elasticidad de la piel se va perdiendo con los años», afirma Sven von Saldern, presidente de la Sociedad Alemana de Cirugía Plástica Estética. «Además, se afloja la musculatura del tejido bajo la piel y el rostro pierde sustancia. La consecuencia es que surgen arrugas, desaparecen los contornos y se caen las zonas blandas de la cara».
La medicina estética tiene formas de hacer frente a los signos del envejecimiento. En el caso de problemas puntuales como surcos profundos o piel que cuelga, a veces no queda otro remedio que un lifting facial, es decir una operación para alisar el rostro en la que se eliminan las arrugas y se levanta el tejido flojo.
«El primer lifting se hizo a principios del siglo XX. En aquel momento solamente se estiraba la piel», señala Mariam Omar, médica especializada en cirugía plástica y estética en el Centro Laderma de Berlín. Más adelante los médicos comenzaron a reposicionar también la capa de tejido más profunda, el llamado Sistema Músculo-Aponeurótico Superficial (SMAS).
«El SMAS es más firme y estable que la piel, por lo que el efecto de un lifting dura hasta diez años», señala Omar. El resultado se ve además más natural porque la piel se estira sin tensiones sobre la cara. Las cicatrices se curan sin notarse y muy rara vez hay necrosis de la piel, es decir muerte de tejido.
Se trata de una operación de varias horas en la que se estira el SMAS mediante varios cortes atrás de la oreja y en la zona del nacimiento del cabello que debe ser hecha por un especialista. «Yo iría a un cirujano plástico o especializado en cirugía maxilofacial», señala Von Saldern. Tiene que ser alguien con experiencia y conocer muy bien la anatomía facial, de lo contrario hay peligro de que cause heridas en los nervios o los vasos sanguíneos.
Antes de la operación hay que analizar la historia clínica del paciente. A veces es suficiente con retocar algunos puntos para conseguir un efecto rejuvenecedor, señala Ingo Dantzer, de la Sociedad Alemana de Cirugía Oral, Maxilofacial y del Rostro.
Es el caso de las arrugas en la frente o la caída de las cejas que se produce por la pérdida de tensión en la piel, que hace aparecer a los ojos pequeños y cansados. «Ayuda un lifting de la frente, en el que se estira el tejido con cortes en la zona del nacimiento del pelo, mediante el cual se elevan las cejas, de modo que la mirada vuelve a parecer fresca y despierta», explica Omar. La operación dura entre 60 y 90 minutos y se suele hacer bajo anestesia general.
También la caída de los párpados hace parecer mayor. Ocurre cuando la piel y los músculos se estiran o cae hacia adelante el tejido graso que rodea los ojos. En este caso se elimina el exceso de piel y se tira para atrás o se retira el tejido graso, explica Von Saldern. «Para ello sólo son necesarios pequeños cortes en el pliegue del párpado o en el borde de las pestañas». En este caso la intervención dura ente 45 y 90 minutos y se hace tanto con anestesia local como general.
Como cualquier operación, un lifting no está excento de riesgos. Por eso se recomienda informarse muy bien antes de someterse a ella y hay que ser escéptico ante las descripciones demasiado optimistas, aconseja Christoph Kranich, de una asociación de consumidores. En caso de intervenciones no necesarias por motivos médicos el doctor tiene que explicar con especial detalle los riesgos que entrañan, subraya.