Por Claudia Urban (dpa) – Cada vez más personas con obesidad deciden pasar por el quirófano para reducir su peso.
«La obesidad es una enfermedad mortal, que si no se trata a tiempo puede conllevar otras enfermedades como diabetes, presión arterial alta, derrame cerebral o ataques al corazón», afirma el profesor Jürgen Ordemann, director del Centro para la Obesidad y Cirugía Metabólica en el Hospital Universitario Charité de Berlín.
«Apenas hay manera de librarse de esta enfermedad con terapias convencionales», explica Ordemann.
Según el especialista, el número de operaciones contra la obesidad no sólo crece porque hay cada vez más casos de obesidad extrema y las terapias tradicionales no ayudan, sino porque estas operaciones tienen una cuota de éxito muy alta.
En las operaciones de gastrectomía y derivación gástrica se reduce el estómago. En estas últimas, además, se realiza un atajo dentro de parte del intestino, con lo que el cuerpo acaba asumiendo menos alimentación. Ambas operaciones no sólo cambian la capacidad de ingerir alimentos, sino que influyen también positivamente sobre el metabolismo.
«Ciertas hormonas que controlan el hambre y la saciedad se forman en el mismo estómago, y por ello se reducen al retirar parte de este», afirma Ordemann. «Con ello se modifican los mecanismos del hambre y la saciedad, lo que lleva a que las peronas obesas coman menos».
Sin embargo, la operación hace necesario que se empleen a partir de entonces complementos alimenticios con vitaminas y minerales, explica el experto. «No hay ninguna recomendación general sobre un proceso específico.
El profesor Stephan Herpertz, director de la Clínica de Medicina Psicosomática y Psicoterápia de la Clínica Universitaria de Bochum, recomienda a los pacientes que deseen operarse acudir a un centro cualificado para el tratamiento de su obesidad.
«En dichos centros se asegura que los pacientes reciban un amplio tratamiento previo y posterior, que sea necesario en el marco de una operación así», explica Herpertz.
Muchos centros médicos favorecen un acceso fácil a las operaciones de los pacientes con obesidad. «La mayoría de pacientes que nos visitan ya tienen tras de sí innumerables dietas», subraya Christine Stide, del Centro de Excelencia de Cirugía de Obesidad y Metabólica en el hospital Sachsenhausen de Fráncfort. Según Stide, los pacientes les visitan porque tienen problemas de salud.
«Las operaciones de obsidad no son operaciones de estilo de vida, sino una terapia cristalina cuya eficacia ha sido bien documentada por estudios», subraya la experta.
Las operaciones ayudan a reducir considerablemente las enfermedades peligrosas asociadas a la obesidad. «Con seguridad, la operación no es ninguna solución al 100 por ciento, y no es tampoco ningún botón que se pulsa y ya se hace delgado al paciente», subraya.
«Es una operación que cambia la vida y que exige mucha disciplina de los pacientes», indica, señalando que las ventajas son mayores que los inconvenientes.