Un debilitado Al Shabaab opta por tácticas terroristas en Somalia

5773906wMogadiscio, 11 may (dpa) – El grupo radical islámico Al Shabaab está perdiendo rápidamente terreno frente al gobierno de Somalia y las fuerzas de la Unión Africana (UA) en el conflicto que ya dura casi una década, pero no tiene intención de admitir su derrota.

La milicia está desarrollando tácticas nuevas, como hacer que los residentes abandonen los pueblos ocupados por el gobierno, dijo en conversación telefónica con dpa un miembro de Al Shabaab, que pidió quedar en el anonimato, desde la región de Hiiraan.

«Nuestros combatientes están listos para luchar contra el enemigo hasta que se haya derramado nuestra última gota de sangre», prometió.

El grupo, que sorprendió al mundo con un ataque contra un centro comercial en Nairobi que mató a unas 70 personas en septiembre, controlaba la mayor parte del sur y centro de Somalia y zonas de Mogadiscio en 2009 y 2010.

Pero al año siguiente, había perdido el control de ciudades clave y una nueva ofensiva del gobierno lo sacó de unas diez localidades en medio de un conflicto que deja ya miles de muertos.

Al Shabaab estima que unos 5.000 combatientes se enfrentan a al menos 8.000 soldados somalíes y 24.000 miembros de una tropa de paz de la UA.

«Al Shabaab se está debilitando día tras día», dijo a dpa el comandante en jefe del Ejército de Somalia, Dahir Aden.

Al estar confinado principalmente en zonas rurales el grupo se ve obligado a desarrollar tácticas nuevas. «Le dijimos a residentes locales que no vivan en pueblos en poder del enemigo», indicó el miembro de Al Shabaab. El grupo cortó líneas de suministro y destruyó o contaminó fuentes de agua para aumentar la presión sobre esas localidades.

Uno de los que decidieron abandonar su hogar tras el arribo de tropas gubernamentales es Guure Ahmed, padre de cuatro hijos, que dejó su vivienda en Bulabarde a comienzos de este año.

Ahmed se mudó a Halgan, 40 kilómetros al norte de Bulabarde, no porque sea un seguidor de Al Shabaab, sino porque su vida se hizo imposible en el pueblo debido a que casi todos los comercios, escuelas y mezquitas cerraron, luego de que residentes que no confiaban en la capacidad del gobierno para mantener la paz hicieran sus maletas y abandonaran el lugar.

En Halgan, que se encuentra bajo control de Al Shabaab, «vivimos aislados, desconectados de las áreas controladas por el gobierno. Los precios de los alimentos, el agua y otros bienes esenciales aumentan cada día», se queja Ahmed.

«Al Shabaab quiere usar a las personas como escudos», indica por su parte el comandante Aden, quien instó a los somalíes a regresar a sus pueblos natales, en los que el gobierno ofrecerá los servicios básicos y establecerá administraciones civiles por seis meses, hasta que se celebren comicios municipales.

Al Shabaab («juventud», en árabe) surgió como una rama radical de la Unión de Cortes Islámicas (UCI), que luchó por el poder con las autoridades centrales de transición en el país, que se sumergió en dos décadas de caos cuando el gobierno colapsó en 1991.

Prohibió expresiones culturales occidentales como la música pop y este año Internet en áreas bajo su control e introdujo castigos, como cortar las manos a los ladrones y la lapidación de mujeres acusadas de adulterio.

El grupo fue considerado un movimiento nacionalista contra la intervención militar etíope de 2007 y 2008 contra islamistas en el sur de Somalia.

Se hizo popular al imponer la ley y el orden en el caótico país, explicó Abdi Aynte, director del «think tank» Instituto Heritage de Estudios Políticos, con sede en Mogadiscio. Además, ayudó a los granjeros locales al prohibir la importación de alimentos y lanzó pequeños proyectos de desarrollo, como perforaciones o la reconstrucción de puentes, señaló Aynte a dpa.

Sin embargo, luego perdió credibilidad cuando rechazó la ayuda de alimentos ofrecida por Occidente tras una sequía y hambruna que afectó al país en 2011, además de quemar santuarios sufíes que no seguían la doctrina wahabita.

El grupo se debilitó asimismo por divisiones internas y la toma del poder por parte de radicales que en 2012 anunciaron su alianza con la red Al Qaeda.

Sus atrocidades, como la decapitación de cristianos y la ejecución de rivales internos, hicieron que somalíes islamistas más moderados se alejaran de él.

La popularidad de Al Shabaab también se vio perjudicada por su política de recaudar impuestos en dinero o ganado de clanes locales o empresas.

«Debemos aceptar sus demandas todo el tiempo», dijo un hombre de 59 años de la región de Middle Shabelle, cuyo clan tuvo que pagar a Al Shabaab el equivalente a 10.000 dólares.

Debido a que Al Shabaab está perdiendo la guerra contra el gobierno, apela cada vez más a tácticas terroristas, como ataques suicidas, coches bomba y asesinatos selectivos. Incluso atacó el palacio presidencial en febrero.

Antes del ataque en Nairobi, cometió un doble ataque suicida con bomba en la capital de Uganda, Kampala, que causó la muerte de 76 personas.

Según los expertos, Al Shabaab se ve cada vez más a sí mismo como un movimiento yihaidista con una misión global.

«Recibió recursos financieros y humanos de Al Qaeda durante varios años, entrenadores de Al Qaeda vinieron a Somalia y durante tiempo tuvo combatientes extranjeros entre sus filas», dijo Aynte.

«Al Shabaab está lejos de ser derrotado. Continuará cambiando las tácticas y extenderá sus ataques a los países vecinos», sostuvo el académico y analista político Mohamed Sheikh Mohamud.

Por Mohamed Odowa y Sinikka Tarvainen