Washington, 31 ago (dpa) – Tras una maratón de negociaciones esta semana, Estados Unidos y Canadá no lograron cerrar un pacto sobre Nafta en el plazo que dio Donald Trump y, al concluir este, el mandatario notificó hoy al Congreso su intención de firmar en 90 días un acuerdo comercial con México.
El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN/Nafta) no está sin embargo sentenciado. En su comunicación formal al Capitolio, Trump dejó la puerta abierta a cerrar el pacto con el vecino del norte en los próximos 30 días, lo que evidenció que su ultimátum fue solo una forma de presión.
El mandatario comunicó su intención de «entrar en un acuerdo de comercio con México -y con Canadá si quiere-, en el plazo debido». El representante de Comercio de Estados Unidos, Robert Lighthizer, y la ministra de Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, que son los jefes negociadores de ambos países, anunciaron que regresarán a la mesa de negociaciones el próximo miércoles.
Ambos estuvieron negociando prácticamente sin pausa desde que Freeland llegó de urgencia a Washington el martes, acortando un viaje por Europa después de que Estados Unidos y México anunciaran su acuerdo y Trump dejara la incorporación de Canadá en suspenso y con ella también la vida del mayor acuerdo comercial del mundo tras casi un cuarto de siglo de vida.
Los dos temas más espinosos entre Estados Unidos y Canadá son la protección canadiense a su industria láctea y el Capítulo 19 del tratado, que fija el mecanismo para resolver controversias con un panel de arbitraje y que no gusta al Gobierno de Trump.
Pero el mandatario, con sus formas, ha introducido además más tensión en unas negociaciones de por sí muy difíciles, que llevan ya en marcha más de un año y que además fueron una imposición suya bajo la amenaza constante de hacer volar por los aires un tratado que considera que no ha beneficiado a su país.
Trump admitió hoy haber dicho en off the record que no pensaba hacer concesiones a Canadá en la negociación y que el acuerdo final sería en sus términos. «¡Al menos Canadá sabe dónde estoy!», dijo, tras quejarse de que se dieran a conocer unas palabras que se había acordado que no se publicarían.
Trump concedió una entrevista el jueves a la agencia Bloomberg en la que aseguró creer que su país y Canadá estaban cerca de llegar a un acuerdo sobre el Nafta. Pero el diario canadiense «The Toronto Star» publicó hoy lo que Trump dijo bajo cuerda.
«Mi contraparte en las negociaciones es el embajador Lighthizer», dijo Freeland al ser preguntada en una rueda de prensa en la embajada de su país sobre cómo podía negociar con alguien que dice algo semejante. La canciller manifestó que está segura de que Lighthizer negocia «de buena fe y con buena voluntad». Pero también advirtió de que para llegar a un acuerdo «se va a necesitar flexibilidad de las dos partes».
«Solo aceptaremos un buen acuerdo para Canadá», insistió Freeland. El mantra lo ha venido también repitiendo en los últimos días el primer ministro Justin Trudeau.
El Gobierno de Trump y el de Enrique Peña Nieto quieren firmar un acuerdo comercial antes de que el mandatario mexicano ceda el testigo a Andrés Manuel López Obrador, que asume la presidencia de México el 1 de diciembre. A Trump, además, le interesa rubricar un pacto antes de que los demócratas puedan ganar más peso en el Congreso en las elecciones legislativas de medio mandato de noviembre en Estados Unidos.
La ley estadounidense obliga al Gobierno a notificar un acuerdo al Congreso 90 días antes de su rúbrica y, al hacerlo hoy, Trump llegará a tiempo al plazo mexicano. Teniendo en cuenta la ley estadoundiense y tras la forma en la que el presidente hizo hoy la notificación, Canadá puede ser incluida en un acuerdo a lo largo de los próximos 30 días.
Si no lo hace, Trump tendrá seguramente problemas con el Congreso, que en su día le dio autorización para renegociar el Nafta, no para desmontarlo ni para negociar un tratado bilateral con México. Legisladores republicanos y demócratas han insistido en ello en los últimos días.
Además, economistas y otros sectores alertan de los riesgos y pérdidas que tendría para la economía estadounidense dejar fuera de un pacto al vecino del norte. Y es que, desde que el Nafta entró en vigor en 1994, las tres economías están íntimamente ligadas y el comercio entre los socios se ha multiplicado por cuatro, hasta los 1,1 billones.
«Canadá y Estados Unidos son socios extremadamente importantes el uno para el otro. Canadá es el mayor mercado de Estados Unidos», recordó hoy Freeland.
México celebró entretanto la notificación de Trump al Congreso y aseguró que dará seguimiento a las negociaciones entre Estados Unidos y Canadá y, una vez logrado un entendimiento entre ellos, «participará en la negociación de los temas trilaterales».
México, que junto a Canadá siempre defendió frente a Trump la trilateralidad del acuerdo, dejó de contemplarla como condición esta semana en su carrera por cerrar un pacto comercial con Estados Unidos del que no puede prescindir dada su dependencia de las exportaciones.
El Gobierno de Peña Nieto hizo concesiones en el sector automotriz, donde Estados Unidos ha logrado que el contenido regional del producto final pase del 62,5 por ciento actual al 75 por ciento.
Pero también hizo concesiones en el tema salarial, importante para Canadá. Sus sindicatos siempre han querido elevar los sueldos en ese país, que por lo bajos que son, otorgan una ventaja competitiva a México en el sector del automóvil que consideran competencia desleal.
Por Sara Barderas (dpa)