Quimilí (Argentina), 8 oct (dpa) – Unos 3.000 hombres, pobladores de una ciudad de 15.000 habitantes del norte argentino, fueron sometidos a estudios de ADN en una investigación que busca esclarecer el homicidio de un niño de 11 años cometido en 2016.
«Se terminaron de recolectar 3.003 muestras de ADN», confirmó hoy la jueza Rosa Falco, de la ciudad de Quimilí, al canal Todo Noticias.
Según la jueza, el objetivo de los test de ADN es cotejarlos con las muestras genéticas halladas en su momento en la ropa de la víctima. En especial, Falco pretende dar con «el autor material del abuso» del niño.
El crimen fue cometido el 31 de mayo de 2016 en Quimilí, situada en la provincia de Santiago del Estero, a unos 900 kilómetros al norte de Buenos Aires.
El cuerpo descuartizado un niño de 11 años fue hallado allí en dos bolsas arrojadas en un campo situado en las afueras de la ciudad.
La víctima había sido vista por última vez mientras iba en su bicicleta a pescar en una laguna de la zona.
A partir del hallazgo del cadáver, la Justicia comenzó a reconstruir el crimen. La autopsia determinó que el niño había sido estrangulado y abusado sexualmente como parte de un supuesto rito religioso.