Siguen los violentos choques entre kurdos y partidarios del Gobierno turco

6721887wAnkara, 10 oct (EFE).- Las protestas de la comunidad kurda para que Turquía evite la caída de la ciudad siria de Kobani en manos de los yihadistas mantienen en tensión el país, que vivió una violenta noche en la que murieron once personas.

Dos altos cargos policiales murieron y un tercero, jefe de la Policía de la ciudad de Bingöl, de mayoría kurda, resultó herido al ser tiroteados desde un coche que se dio a la fuga.

Poco después, cuatro personas fallecieron abatidas en una operación policial en esa misma ciudad, aunque aún no se han confirmado si los fallecidos son los responsable del ataque contra los mandos de la Policía.

En Ganziatep, otra ciudad del sureste turco, cuatro personas murieron en choques entre manifestantes kurdos, que critican la pasividad del Gobierno hacia la situación en Kobani, y grupos de nacionalistas, que apoyan al Ejecutivo.

Otra persona murió en un tiroteo durante un ataque a una comisaría turca cerca de la frontera con Siria.

De esa forma, son ya 36 las personas muertas desde el lunes en el sureste kurdo de Turquía en distintos choques, manifestaciones y ataques.

La mayoría de las víctimas se registró en enfrentamientos entre kurdos de izquierda e islamistas de grupos radicales considerados cercanos al Gobierno.

La comunidad kurda de Turquía exige a Ankara que intervenga para evitar la caída de Kobani en manos de los yihadistas y evitar una masacre.

Sin embargo, el Gobierno turco insistió ayer en que no lanzará una operación militar terrestre a menos que participen otros países.

La posición de Ankara es ambigua respecto a los yihadistas del Estado Islámico, hasta el punto de que los kurdos y la oposición política han acusado al Gobierno de haberles dado cobertura logística, al considerarlos un aliado útil para derrocar al presidente sirio, Bachar Al Asad.

Además, el Gobierno turco no quiere entregar armas a las milicias kurdas que luchan contra los yihadistas en Siria, ya que considera que esos grupos son «hermanos» de la guerrilla kurda del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), con el que Ankara está inmerso en un proceso de paz.

Esas negociaciones, de por sí frágiles, están ahora amenazadas por la reciente tensión y la exigencia kurda de que se salve Kobani.