«Sigo trabajando para la NSA» : ¿Quiere Snowden volver a EEUU?

5813840wMoscú/Washington, 24 dic (dpa) – Desde que desató hace poco más de medio año la avalancha de revelaciones sobre las masivas actividades de vigilancia de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), Edward Snowden ha dado pocas entrevistas. En primer plano deberían estar las informaciones difundidas por él y no su persona, dijo después de explicar sus motivos en una extensa charla de video con el diario británico «The Guardian».

Ahora, en una segunda y larga entrevista, Snowden explica de forma aún más amplia su actuación e insiste en que es un buen ciudadano estadounidense y un buen agente de seguridad.

«No intento destruir a la NSA, sino que estoy trabajando para mejorar la NSA», dijo el experto en informática, de 30 años, al «Washington Post». Y agregó: «Actualmente, sigo trabajando para la NSA. Ello son los únicos que no se dan cuenta».

Snowden explicó que su objetivo era que la población pueda participar nuevamente en la toma de decisiones sobre su sistema de gobierno. «En lo que se refiere a mis necesidades personales, la misión está cumplida. Ya he ganado», resumió.

Posiblemente, con la entrevista concedida al «Wahington Post», que según el reportero Barton Gellman duró unas 14 horas, Snowden quiso hacer un balance después de medio año. Pero la cantidad inusualmente grande de justificaciones también podría significar el inicio de una campaña para que pueda volver a Estados Unidos.

En el próximo verano (boreal) terminará el asilo de un año que le concedió a Snowden Rusia, que no fue el destino preferido del ex analista de la NSA. Hasta el momento, ningún país miembro de la UE ni Brasil han considerado conceder asilo a Snowden. Entre tanto, en Estados Unidos muchos comparten ya su opinión de que la NSA ha ido demasiado lejos en su afán de recoger datos.

Por ejemplo, un juez estadounidense recientemente dictaminó que la recolección masiva de datos telefónicos es anticonstitucional. Y el grupo de expertos creado por el presidente Barack Obama, al que los críticos acusaban de ser demasiado cercano al mundo del espionaje, ha exigido claras restricciones, sobre todo en lo que se refiere al espionaje contra los propios ciudadanos estadounidenses.

Si esto se interpreta como el reconocimiento de que algo estaba podrido en el sistema aplicado hasta ahora, entonces ¿qué hacer con el hombre que renunció a la vida que llevaba para advertir a la sociedad?

Al parecer, incluso durante una reunión de Obama con pesos pesados del sector de Internet se habló de la conveniencia de perdonar a Snowden. Según la cadena CNN, Marc Pincus, fundador de la empresa de juegos Zynga, conocida por juegos online como «Farmville», propuso que no se castigue a Snowden, pero Obama se habría negado.

Otro detalle interesante del artículo publicado por el «Washington Post» es que incluso el director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, James Clapper, quien siempre habla del gran daño causado por las revelaciones de Snowden, se manifiesta en términos más cautelosos en conversaciones no públicas.

Mientras que el director de la NSA, Keith Alexander, ha adoptado el papel de hombre duro, uno de los empleados de mayor rango del servicio secreto planteó recientemente en una entrevista televisiva la posibilidad de amnistiar a Snowden a condición de que éste devuelva los documentos aún sin publicar. A propósito: según medios estadounidenses, la NSA aún no sabe cuántos documentos fueron extraviados por Snowden ni cuál es su contenido exacto.

El propio informante sostiene que ha sido respetuoso con la Constitución: «Es un juramento que he mantenido, Keith Alexander y James Clapper, no». Snowden asegura que no mantiene ninguna relación con el gobierno ruso y no ha pactado ningún acuerdo con él. «Si de alguna manera he pasado a las filas enemigas, será del gobierno a la opinión pública». Por esto, uno de sus abogados, Ben Wizner, de la organización de defensa de las libertades civiles ACLU, mantiene abierta la puerta para Washington: «El gobierno sabe dónde encontrarnos si quiere buscar una conversación productiva sobre soluciones que no lleven a la cárcel a Snowden».

Por Andrei Sokolov