La Haya, 2 mar (dpa) – Serbia se sienta a partir de mañana lunes en el banquillo de los acusados del Tribunal Internacional de La Haya, 15 años después de que Croacia acusara a la antigua Yugoslavia de violar la Convención de la ONU contra el genocidio con su política de «limpieza étnica» llevada a cabo entre 1991 y 1995.
El proceso puede ser un hito de la historia de la Justicia, pues nunca antes un jefe de Estado y mucho menos una nación ha sido condenada en base a la Convención de la ONU sobre el genocidio.
Todavía bajo la influencia del Holocausto en Europa durante la Segunda Guerra Mundial, la comunidad internacional estuvo de acuerdo en que nunca más debía repetirse un genocidio, algo que quedó sobre el papel en la convención firmada en 9 de diciembre de 1948: los Estados se comprometieron a hacer todo lo que estuviera en sus manos para evitar el genocidio y castigar a sus responsables.
Nadie debía quedar impune: ni un general, un presidente ni tampoco un país. Pero la Justicia internacional no actuó tan rápido para evitarlo.
Seis días en julio de 1995 cambiaron la historia: unidades serbias entraron en la zona de protección de la ONU de Srebrenica y mataron a unos 8.000 hombres y jóvenes musulmanes, al tiempo que deportaron a mujeres y niñas, en el mayor genocidio sobre suelo europeo después de la Segunda Guerra Mundial.
Srebrenica fue el desencadenante de la creación del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia en La Haya, que está juzgando por la matanza al ex líder serbio Radovan Karadzic y el ex general Ratko Mladic. Le siguieron tribunales similares para Ruanda o Sierra Leona y hace 12 años empezó a trabajar la primera Corte Penal Internacional en La Haya de forma permanente.
Estos tribunales procesan a personas individuales pero juzgar a Estados por genocidios sólo puede hacerlo el Tribunal Internacional de La Haya, donde pueden acusarse las naciones entre sí. Es lo que hizo Croacia en 1999 para exigir a Serbia compensaciones por os más de 13.500 muertos por su «limpieza étnica». A cambio, Serbia acusó a Croacia de la expulsión de miles de personas de etnia serbia de su territorio, sin que se sepa cómo va a evolucionar ese proceso.
Sólo en una ocasión antes el tribunal dictó una controvertida condena por genocidio y también con relación a Serbia. Fue en 2007, cuando la corte votó por 13 votos a 2 que Serbia no había cometido genocidio, aunque reconoció que la masacre de Srebrenica fue un genocidio y que Serbia no lo evitó, como pedía Bosnia. Belgrado conocía el genocidio, no hizo nada y «siguió apoyando militar y financieramente al general Mladic y Co.».
Aquella sentencia fue interpretada como una especie de absolucón póstuma del ex presidente Slobodan Milosevic, acusado también de genocidio, pero que murió en su celda en 2006 sin que se dictara sentencia.
Por Annette Birschel