La República Checa es mucho más que cerveza y el mes de septiembre es el momento ideal para que muchos viajeros descubran los mejores vinos checos de las vendimias de Bohemia y Moravia.
La cerveza checa es de tanta calidad que durante mucho tiempo ha eclipsado a sus vinos. Sin embargo en los últimos años han surgido exquisitos caldos que han sido incluso merecedores de premios internacionales.
De las 3 regiones que forman la República Checa, Bohemia y, sobre todo, Moravia, son las que tienen una mayor tradición enológica. De ahí que las denominaciones más conocidas para los caldos checos sean la de ‘Vinos de Bohemia’ y ‘Vinos de Moravia’.
Los vinos se elaboran con hasta 20 variedades distintas de uva, y dos terceras partes de los vinos que salen al mercado son blancos.
ORIGEN EN LA EDAD MEDIA.
Dicen que las primeras uvas llegaron a ambas regiones durante la Edad Media llevadas por las distintas órdenes religiosas. Quizás por eso la mayoría de las fiestas que se celebran en honor a la vendimia incluyen actividades que nos recuerdan a esa época.
En las regiones de Melnik o Karlstejn en Bohemia, o la de Mikulov en Moravia, se pueden combinar catas de vino y degustaciones gastronómicas con desfiles de disfraces de época, exposiciones de artesanía, torneos y justas medievales, fuegos artificiales, obras de teatro y conciertos de música y un sinfín de propuestas para niños y adultos como concursos de tiro al arco o lanzamiento de herradura, entre muchas otras cosas.
Pero si no se dispone de mucho tiempo para recorrer el país, aunque éste es muy manejable por su reducido tamaño, también se puede descubrir el mundo de los vinos checos sin salir de Praga.
Justo debajo del Castillo de Praga se encuentra un espléndido viñedo que celebra su fiesta de la vendimia del 26 al 28 de septiembre, coincidiendo con las fiestas de San Wenceslao, el patrón de los checos.
Si el viajero quiere probar cosas nuevas y degustar productos autóctonos, no debe despedirse de la República Checa sin saborear el burcák, un apreciado vino joven que destaca por catarse mientras se encuentra en plena fermentación.