Estambul, 29 ago (dpa) – El ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, se mostró hoy a favor de una ofensiva contra Idlib, el último gran bastión rebelde en Siria.
Según Lavrov, en esa provincia del norte de Siria se han reunido terroristas para proteger una zona de distensión y los combatientes mantienen como rehenes a la población civil. «Por todas esas razones hay que liquidar ese cáncer», dijo el ministro tras una reunión con su homólogo de Arabia Saudí, Adel al Yubair. Rusia apoya al Gobierno sirio en la guerra civil que se libra desde 2011 en el país.
Desde hace semanas hay indicios de que el Ejército sirio quiere lanzar pronto con ayuda rusa una ofensiva contra Idlib, que está controlado por grupos islamistas.
Tras recuperar otras regiones, el Gobierno de Bashar al Assad permitió trasladarse a Idlib a rebeldes con sus familias y armamento ligero. En esa provincia hay ahora decenas de miles de combatientes armados y tres millones de civiles, entre ellos más de 1,5 millones de desplazados.
Turquía quiere impedir un ataque a Idlib, entre otros motivos para evitar que haya muchas víctimas civiles y por temor a que surjan nuevos flujos de refugiados sirios que se dirijan al vecino país.
Para ello, el Ejército turco trasladó más equipos militares y vehículos artillados al noroeste de Siria, informó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
Según el Observatorio, una parte de los suministros fue llevada a un puesto militar en el este de Idlib y otra parte al norte de la provincia de Hama.
En los vehículos también fueron transportados soldados. El Ejército turco aumentó el número de soldados en el puesto militar y también se trasladaron en camiones bloques de cemento y paredes de hormigón a Idlib, agregó la organización no gubernamental.
El periódico «Sözcü» informó hoy que fuerzas especiales habían sido trasladadas a la frontera con Siria para bloquear nuevos flujos de refugiados.
En Turquía ya están asentados unos 3,5 millones de refugiados. Para el 7 de septiembre está prevista una nueva cumbre tripartita en Teherán sobre Siria con la participación de Turquía, Irán y Rusia. Moscú es el principal valedor del Gobierno del presidente sirio, Bashar al Assad.
El secretario general de las Naciones Unidas, Atónio Guterres, alertó en la noche del martes sobre las consecuencias catastróficas para los civiles que tendría una ofensiva contra Idlib.