Todas las escuelas de negocios, ya sea dentro de nuestras fronteras como a nivel internacional, coinciden en que el fracaso debe ser considerado como parte del proceso de emprender y evitar su estigmatización. Aunque España no sea uno de los países más avanzados al regular o prestar ayuda a los emprendedores, desde finales de 2015 está en vigor la Ley de Segunda Oportunidad que permite a las personas físicas y autónomos, además de a las pymes, reducir las deudas de entre un 50% a un 100% y salvar su patrimonio.
¿Puedo acogerme a la Ley de Segunda Oportunidad?
Hasta finales de 2015 cuando esta normativa entra en vigor, los mecanismos legales para afrontar una deuda se centraban en el entorno de las empresas, sin considerar a los autónomos o a los particulares, por lo que estos sectores sociales se encontraban con importantes dificultades tanto para superar los impagos como para rehacer su vida, ya fuese laboral como personal.
Si consideramos que en España hay casi 2 millones de autónomos según el último estudio publicado por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social al cierre de 2018, y a ese número le sumamos las personas naturales que de una manera u otra son deudores, la cifra de población que demandaba un mecanismo de ayuda era importante.
De ahí surge la Ley de Segunda Oportunidad, que además de poder ser utilizada por las pequeñas y medianas empresas, también incluye a los autónomos y a las personas naturales.
Por lo tanto, se trata una medida que limita la responsabilidad de las personas físicas y del pequeño empresario que, hasta entonces por ley, respondían a sus acreedores con la totalidad de su patrimonio, tanto presente como futuro, haciendo muy difícil que económicamente fueran activos.
Así pues, la ley afecta directamente a una gran parte de la sociedad como son las personas físicas, autónomos, familias con dificultades de endeudamiento, consumidores y particulares.
Claves de la Ley de Segunda Oportunidad
Las condiciones para acceder a la Ley de Segunda Oportunidad, al igual que todos los detalles de la misma se encuentran recogidos en el BOE, y en cualquier caso, es recomendable aclarar todas las dudas con un equipo de expertos antes de comenzar los trámites.
Como conceptos claves, los que destacan en esta normativa son los siguientes.
- No desaparecen los impagos relacionados con el Estado como son las deudas de la Seguridad Social o Hacienda Pública.
- En caso de divorcio, se mantiene la manutención de alimentos de los hijos.
- Se congelan procesos como los desahucios, ejecuciones judiciales que afectan a las viviendas o embargos de bienes.
- La deuda puede reducirse una vez estudiadas las condiciones del deudor y después de seguir el proceso que estipula la ley.
- Los plazos de pago pueden prolongarse hasta 5 años después.
Aunque todavía sea necesario aplicar más medidas a los problemas económicos que proceden de la crisis, la Ley de Segunda Oportunidad no deja de ser una alternativa fundamental para todos aquellos que estén en medio de un proceso de deuda.