Durante años hemos visto cómo en las películas americanas se usaban bolsas de papel para guardar la compra, algo que en los últimos años ha llegado a España con la demonización de las bolsas de plástico.
De hecho, en algunos supermercados es posible comprar estas bolsas a un precio muy similar a las de plástico, un gesto con el que contribuimos a no llenar de este material todo nuestro entorno.
Son biodegradables
Existen pocos compuestos biodegradables que el papel que usan las bolsas, que aunque es un poco más fuerte de lo normal se deshace enseguida si lo sometemos a las condiciones climáticas, en especial al agua de la lluvia.
Si por cualquier circunstancia esta bolsa termina en el suelo o llega al campo, tardará muy poco en deshacerse sin dejar rastro.
Reciclables
El papel es una materia prima muy fácil de reciclar y de hecho uno de los primeros contenedores para reciclar que vimos en nuestras ciudades fue el azul del papel.
Estas bolsas las podemos tirar sin problema en el contenedor azul cuando se nos rompan, o depositarlas allí en el momento en que vamos a llevar papel como las revistas, los periódicos, etc.
Se pueden reutilizar
A pesar de que parezcan frágiles, las bolsas de papel actuales aguantan muchos kilos (hasta 15 las más grandes) lo que significa que no se van a romper a las primeras de cambio.
Esta resistencia nos permite usarlas una y otra vez ayudando a tener un planeta más sostenible pues no vamos a tener que comprar una cada vez que la necesitemos, sin olvidar que cuando se estropee la podemos dejar en uno de los miles de contenedores azules que hay por las calles.
Es posible personalizarlas
Al igual que ocurre con las bolsas de plástico, las de papel se pueden personalizar con todo tipo de logos, diseños o frases. Además, como se usan menos es posible emplearlas para hacer marca, pues destacan sobre otro tipo de bolsas en especial en aquellos casos en los que se usa papel de gran calidad.
Quedan muy bien con determinados artículos
Hay artículos que “casan” bien con las bolsas de plástico. Por ejemplo, si vamos a regalar un libro o una tarjeta de felicitación siempre dará una mejor impresión en una bolsa de papel que en una de plástico.
Es cierto que en estos casos el regalo es lo que cuenta, pero hay que cuidar la presentación de las cosas y una buena bolsa de papel tiene más “empaque” que una de plástico.
Actualmente existen cientos de formatos
Las bolsas de papel ya están lejos de la imagen de algo feo y sin asas, incómodo de manejar y de color marrón.
Ahora mismo, en el mercado hay cientos de formatos que se adaptan a cada tipo de uso. Podemos ver bolsas con asas de gran tamaño para los supermercados en las que prima la resistencia y también bolsas pequeñas sin asas como las que nos dan en las farmacias, con el volumen justo para que quepa una caja de pastillas.