El plástico es uno de los materiales más usados en nuestros días en las distintas industrias de cada sector. Su versatilidad, su precio y su facilidad de aplicación son algunas de las razones más importantes para que todas las variedades del plástico se hayan adueñado de muchos procesos de fabricación. De hecho, si nos fijamos bien, más del 50 % de los elementos que usamos durante nuestro día a día cuentan con piezas de plástico, sea cual sea su tamaño. Pero, a pesar de su gran presencia a nuestro alrededor, ¿nos hemos preguntado alguna vez cómo se fabrican todas estas referencias?
Hoy daremos una de las posibles respuestas a esta pregunta y hablaremos de los plásticos de inyección o plásticos inyectados, fundamentales en el mundo moderno.
¿Qué son los plásticos de inyección o inyectados?
Como decíamos, existen actualmente muchas variedades de plásticos que se usan para los distintos productos según sus propiedades. El plástico inyectado no es, entonces, ninguna variedad concreta de polímero, sino una técnica de tratamiento y fabricación. Consiste en introducir el polímero pertinente derretido y líquido en una inyección y vaciar todo el contenido dentro de un molde concreto. Para asegurar que el resultado final se ajusta a las medidas del molde, es fundamental mantener la presión durante el proceso de enfriado, con el que el plástico inyectado se enfriará y se volverá completamente sólido. Es entonces cuando el molde puede ser abierto y la pieza se libera.
La rapidez y eficacia de este proceso son las razones principales por las que los fabricantes de prototipos, diseñadores de piezas mecánicas, industriales y todos estos profesionales apuestan por el uso de los plásticos inyectados. Después de todo, con esta técnica se pueden producir lo mismo el salpicadero de un coche que la funda de nuestro móvil.
Aplicaciones del plástico de inyección
Hemos referido que los plásticos están presenten es la mayoría de los productos que usamos de manera cotidiana, ya que se trata de un material altamente rentable. Sin embargo, no todas las industrias hacen el mismo uso de estos, por lo que conviene repasar los sectores donde los plásticos tienen más presencia.
Industria automovilística
El sector de la automoción es uno de los más proclives al uso de los plásticos de inyección. Después de todo, los vehículos motorizados cuentan con una gran cantidad de piezas que conforman su estructura interna y externa, y muchas de ellas están fabricadas mediante este proceso. Desde partes más grandes, como el salpicadero, hasta los elementos más diminutos, como el botón de una ventanilla, su creación se realiza a través de estos plásticos inyectados.
Industria alimentaria
Otro de los grandes usuarios de esta técnica es el sector de la alimentación, que ha encontrado en este material un sustito rentable al cristal. Fiambreras, botellas, recipientes herméticos, utensilios de cocina, vajillas infantiles, menaje del hogar, electrodomésticos de cocina… La adaptación de los plásticos y sus distintas resistencias han favorecido el uso en este sector para evitar los riesgos que antes existían, creando un material realmente interesante.
Industria doméstica
Sin duda, la fabricación de productos para el hogar es una de las prácticas que más recurre a los plásticos de inyección, sino la que más. Útiles de limpieza, adornos, utensilios de higiene, mobiliario, juguetes, etc… Si damos una vuelta por nuestra casa, seguro que encontramos en cada habitación productos que están fabricados con plástico o que, al menos, tienen una o varias piezas de este material. Especialmente aquellos destinados al uso infantil son muy propensos a usar los plásticos por su resistencia al daño y su baja posibilidad de riesgo.
¿Qué ventajas presentan los plásticos de inyección?
La expansión de la técnica de los plásticos inyectados en las distintas industrias no es casualidad, sino fruto de los beneficios interesantes que aporta y que repasaremos a continuación.
Solución económica: los plásticos de inyección permiten ahorrar grandes costes a las empresas, ya que se trata de un proceso automatizado que permite crear economías de escala y trenes de fabricación. La disminución de costes y tiempo lo convierte en un proceso realmente rentable.
Aprovechamiento de recursos: la fabricación en cadena no sólo reduce tiempo y costes, sino que contribuye al aprovechamiento de los recursos necesarios de producción, por lo que permite optimizar las inversiones de compra de materia prima.
Alta precisión: las máquinas de inyección de plásticos son una tecnología avanzada y muy meticulosa. Gracias a ellas se pueden fabricar miles de piezas idénticas entre sí en un tiempo récord, lo que además repercute positivamente en las posibilidades de abastecimiento y venta de la empresa.
Proceso completo: en línea con lo anterior, la tecnología de los plásticos de inyección genera piezas que no necesitan proceso de acabado, sino que ya están completamente terminadas. La textura, el color y la forma serán definitivas, sin necesidad de otra fase más.