Barcelona, 16 ene (EFE).- Luis Miguel Afonso Fernandes, ‘Pizzi’, fue el autor ayer de un gran gol en el minuto 88 ante el Alcorcón que metió al Espanyol en los cuartos de la Copa, su primer tanto desde que llegó cedido este verano, procedente del Deportivo, lo que le ha hecho plantearse su adiós este mes de enero.
El centrocampista portugués, propiedad del Benfica y de 24 años, fue presentado como una de las grandes sensaciones del curso.
Su buen papel en el Depor en la 2012-13, con 35 partidos y ocho goles en Liga, bastaba para convencer a la afición blanquiazul y, además, su incorporación la pidió expresamente el entrenador, Javier Aguirre.
De todas formas, a medida que avanzaban las jornadas, quedó claro que el futbolista luso estaba lejos de su mejor versión.
Pizzi siempre trabajó con profesionalidad, pero no cuajó, y su protagonismo fue descendiendo. Esta temporada, en Liga, ha disputado únicamente 12 partidos, sólo siete como titular.
Además, el portugués pasó de entrar en los planes de su selección a quedarse fuera de las convocatorias de Paulo Bento, lo que fue el detonante para que Pizzi se planteara un cambio de aires.
El medio quiere minutos para estar en el Mundial de Brasil y no descarta su salida en este mercado de invierno para conseguirlos.
La dirección deportiva del Espanyol es consciente de los deseos del futbolista y analiza la situación desde hace semanas, mientras el Benfica también está muy atento a lo que pueda suceder en los próximas días del plazo de fichajes de invierno.
Sea como sea, el futuro de Pizzi en el Espanyol no está, a día de hoy, nada claro.
El cuerpo técnico blanquiazul y el propio futbolista confían en que su espectacular diana de ayer ante el Alcorcón sea un punto de inflexión.
Todo el mundo espera ver al Pizzi que deslumbró en el Deportivo y que hacía méritos para defender la camiseta de Portugal en la próxima cita mundialista este verano.
Después de firmar el 4-2 ayer, el centrocampista se llevó el dedo índice a la boca dirigiéndose a la grada. Tras el partido, aclaró que este gesto no iba dirigido a nadie y confesó que necesitaba, al fin, ver puerta para coger más confianza.
De todas formas, también apuntó que su continuidad en el Espanyol es incierta.