(dpa) – Si busca lograr una protección absoluta contra ladrones de motocicletas, debería dejar de leer inmediatamente este artículo. Porque algo así como un ultima ratio en la cuestión de la protección ante robos simplemente no existe, según explica Michael Lenzen, de la Federación Alemana de Motociclistas (BVDM).
«Cuando profesionales se proponen robar a toda costa una moto, por lo general también lo lograrán«, indica. Sin embargo, no hay que perder todas las esperanzas, sino aspirar a complicar lo más posible a potenciales ladrones en sus intenciones.
André Vallese, del instituto de seguridad para vehículos motorizados de dos ruedas (ifz), comparte este punto de vista. «En este sentido lógicamente la motocicleta siempre está más segura en el garaje», indica el experto, que aconseja usar también allí la traba de manubrio.
Asimismo, Lenzen considera que un garaje cerrado representa una clara ventaja en materia de seguridad, aunque recomienda adoptar más medidas. «Una buena traba para disco de freno no se deja vencer tan fácilmente», asegura.
Aún mejor, recomienda Vallese, es una variante con dispositivo de alarma: «Si hay un intento de abrirlos, estos candados emiten un tono de sirena«.
Sin embargo, en Alemania hace algún tiempo fue robada una motocicleta con ayuda de dos colchones, según recuerda el entrenador de motocicleta Patrick Mey del Auto Club Europa (ACE).
«Los ladrones emplearon entonces un colchón debajo como bandeja para la motocicleta y otro arriba como protección de ruido contra la sirena», indica. Posteriormente metieron de a cuatro el paquete completo dentro de una pequeña camioneta, añade.
Mey aconseja por lo tanto asegurar siempre la motocicleta con cadenas a algún objeto fijo como una barandilla. En caso que no se disponga de esta posibilidad, Vallese recomienda que se la deje en un espacio fijo de estacionamiento.
Los anclajes en la pared o en el suelo representan en ese caso una buena solución, afirma, para luego precisar que se trata de ganchos metálicos que pueden servir para amarrar una cadena.
«Las cadenas clásicas antirrobo tienen la ventaja de ser muy variables», explica Vallese. Y también aquí modalidades especiales ofrecen una alarma integrada, apunta.
Sin embargo, junto a estas soluciones clásicas también hay formas digitales para asegurar la motocicleta. «Hace tiempo que el mundo digital tiene su lugar también en la protección antirrobo de las motocicletas», confirma Vallese.
«Hoy en día existen numerosos sistemas de alarma con GPS y dispositivos de rastreo que pueden ayudar a localizar motocicletas robadas», indica.
También Lenzen considera que los denominados trackers son un buen recurso para al menos hacerles la vida más difícil a los amigos de lo ajeno.
«Estos dispositivos no pueden impedir el robo en sí, pero gracias a la localización vía GPS brindan información sobre dónde se encuentra el vehículo», asevera.
Pero incluso el GPS no siempre protege de una pérdida total, según advierte Mey. «La otra parte tampoco se queda dormida y quien se dedique puede encontrar en Internet fácilmente bloqueadores que obstaculizan la señal GPS», añade. Por lo tanto, él mismo ha equipado sus bikes con una protección combinada contra accidentes y robo.
«El sistema se compone de un módulo, un sensor, un taster y una app para la configuración», comenta el experto. Además de la detección de accidentes y de activar una llamada de emergencia como función principal, el sistema también puede detectar cualquier intento de mover la motocicleta sin permiso y luego enviar un mensaje al teléfono inteligente o tableta del propietario.
«Pero si no se encuentra disponible una red móvil, ni el mejor sistema puede funcionar», aclara.
Para Mey resulta imprescindible por lo tanto contar con un buen seguro contra hurto. Y, al menos para motocicletas nuevas o relativamente caras, el experto recomienda un seguro parcial o incluso contra todo riesgo.
Este no protegerá sin embargo del enojo ni de la decepción que genera un robo. «Pero al menos el daño financiero quedará ampliamente cubierto», comenta este entrenador de motocicleta.
Por Andreas Kötter (dpa)