Pedro Sánchez, el socialista de las siete vidas

Madrid, 30 may (dpa) – Al socialista Pedro Sánchez le han dado por muerto políticamente en varias ocasiones, como cuando fracasó en su intento de ser investido jefe del Gobierno en 2016, cuando renunció a su escaño después de ser forzado a dimitir como líder de su partido o cuando se batió en duelo con su máxima rival interna hace un año.

Ahora, cuando es de nuevo candidato a ponerse al frente del Ejecutivo en la moción de censura contra el conservador Mariano Rajoy, algunas voces advierten que un fracaso supondrá el final de su carrera.

A sus 46 años, Sánchez es un peculiar líder de la oposición en España ya que no tiene escaño en el Congreso de los Diputados, el foro de debate por excelencia en el sistema parlamentario español.

Su presencia en la vida política se reduce así a las reuniones, las ruedas de prensa, los mítines y las entrevistas en medios.

Con un físico agradecido que le valió el sobrenombre de «Pedro, el guapo», pasó en poco tiempo de ser un total desconocido a ponerse al frente de un partido centenario en España.

Lo hizo en julio de 2014 en la primera elección directa de un líder del PSOE por parte de los militantes. Y fueron éstos los que, cuando una parte del partido se sublevó contra él y forzó su dimisión en 2016, le devolvieron a la primera fila de nuevo con sus votos.

Su sonrisa de actor de Hollywood y su rostro atractivo, enmarcado por las primeras canas, se convirtieron en señas de identidad de una formación que no conseguía remontar tras el golpe recibido en las elecciones generales de noviembre de 2011, cuando el Partido Popular (PP) de Rajoy arrebató a los socialistas el Gobierno.

En diciembre de 2015, Sánchez concurrió por primera vez a unas elecciones generales bajo una gran presión. El PSOE obtuvo el menor número de escaños de su historia, pero se mantuvo segunda tras el PP, que también sufrió una gran debacle.

Su intento de convertirse en presidente del Gobierno en marzo de 2016 con el apoyo de los partidos emergentes Podemos y Ciudadanos fracasó y España se vio abocada a una repetición de elecciones.

Casado y con dos hijas, el líder socialista sintió la llamada de la política al ver que sus abuelos no sabían leer ni escribir. «La política ya estaba en mi casa porque a mi madre, que no es militante pero es más socialista que yo, y a mi padre, que sí es militante, les encantaba debatir en la sobremesa», contó en una ocasión.

Deportista y aficionado al baloncesto, jugó en la cantera del Estudiantes de Madrid durante su juventud.

Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales y doctor en Economía, trabajó en organismos internacionales como Naciones Unidas (ONU) y el Parlamento Europeo antes de ser diputado.