Occidente culpa a Rusia en la ONU del deterioro de la crisis ucraniana

6210520wNaciones Unidas, 30 abr (EFE).- Estados Unidos, Francia y Reino Unido culparon a Rusia del deterioro de la situación vivida en los últimos días en el este de Ucrania y advirtieron de que endurecerán las sanciones impuestas si la crisis sigue agravándose.

En un debate en el Consejo de Seguridad de la ONU, las potencias occidentales acusaron este martes a Moscú de incumplir el acuerdo que cerró el pasado 17 de abril en Ginebra con Ucrania, la Unión Europea y EE.UU.

«Ese fue un momento de esperanza. Desde entonces el Gobierno de ucrania ha implementado los compromisos de buena fe, lamentablemente lo mismo no puede decirse de la Federación Rusa», señaló la embajadora estadounidense, Samantha Power.

La representante de Washington acusó a Moscú de ignorar lo pactado en Ginebra y seguir apoyando a las milicias prorrusas que han tomado edificios públicos en el este del país y han protagonizado episodios violentos.

Power aseguró que lo que ocurre en la zona no son manifestaciones pacíficas, sino «una campaña bien organizada y con apoyo exterior para desestabilizar Ucrania».

Moscú, mientras tanto, culpó al Gobierno de Kiev de la situación y justificó las «protestas» en varias ciudades del país con importante presencia prorrusa.

«El régimen de Kiev está empujando el país hacia el desastre», aseguró el embajador ruso, Vitaly Churkin, quien acusó a las autoridades ucranianas de violar lo acordado en Ginebra y a Occidente de lanzar «insinuaciones graves contra Rusia».

Churkin aseguró además que las sanciones aprobadas por EE.UU. y la UE son «inútiles y contraproducentes» y pidió a ambos «responsabilidad» para no empeorar la situación.

El encuentro del Consejo de Seguridad se convocó a petición de Reino Unido, cuyo embajador, Mark Lyall Grant, acusó al Gobierno de Vladimir Putin de dirigir las «acciones paramilitares» registradas en varias ciudades orientales y denunció incursiones en el espacio aéreo ucraniano de cazas y helicópteros rusos.

«Las acciones rusas son claros intentos de aumentar la tensión en Ucrania», señaló el embajador británico, que aseguró que el resultado de esa estrategia es un «claro deterioro de la situación de seguridad en el este y sur de Ucrania».

Su homólogo francés, Gérard Araud, aseguró que Rusia está siguiendo la misma estrategia que en Crimea y apenas tapa su presencia detrás de las milicias rebeldes.

Araud aseguró que si la situación se sigue agravando, la Unión Europea y EE.UU. se verían obligados a endurecer las sanciones que han aprobado contra Rusia, pese a que no es la «vía preferida».

Todas las potencias occidentales demandaron además la liberación inmediata de los observadores militares europeos retenidos por fuerzas prorrusas desde el pasado viernes.

Mientras, Churkin culpó a Kiev de la situación por haber pedido su presencia en el país y se preguntó si la decisión de enviarlos al este de Ucrania era una «provocación» o una «simple estupidez».

Según el embajador ruso, Moscú está haciendo todo lo posible para lograr su puesta en liberad.

En nombre de la ONU, el subsecretario político de la organización, Jeffrey Feltman, lamentó que el espíritu de compromiso de Ginebra «se haya evaporado» y lamentó la «retórica poco útil» de muchos.

Feltman, que la próxima semana regresará a Ucrania, aseguró que Naciones Unidas y su secretario general, Ban Ki-moon, continúan comprometidos para tratar de resolver la crisis.