LOS ANGELES (dpa) – Comedias románticas con actores de peso cada vez quedan menos, pero son cintas que, de funcionar medianamente bien en términos de guión, se perpetúan en el tiempo. Y esta que ahora se estrena, «And So It Goes», tiene opciones de convertirse en una de ellas.
Para empezar tiene a dos actores encumbrados por la profesión y por la Academia de Hollywood como Michael Douglas y Diane Keaton, perfectos para el papel de una pareja madura que descubre el amor después de muchos años de tranquilidad en el capítulo sentimental. Y después está la mano de un experto en estas lides como Rob Reiner, director de un clásico como «When Harry Met Sally», una historia de amor con el indiscutible lado humano de su firma y su humor característico.
En este caso, el argumento se centra en Oren Little (Douglas), un agente inmobiliario con muy mal carácter que descubre que tiene que encargarse de una nieta a la que no había visto antes en su vida. Desesperado, Oren trata de buscar ayuda y refugio en la figura de su vecina, interpretada por Keaton, aunque no es precisamente un hombre habilidoso a la hora de conquistar a la gente con sus encantos.
El personaje que interpreta Douglas tiene todos los componentes para que el público empatice con él sabiendo, en el fondo, que va a terminar por cambiar rodeado de las personas que marcan su vida. Es un hombre irreverente, arrogante e incluso grosero al que parece que todo le resbala, aunque en el fondo parece una simple pose que detrás esconde una buena dosis de consideración y dulzura.
La cinta significa el reencuentro de Reiner con Michael Douglas, que ya trabajó junto al realizador en «The American President» y con Annette Bening dándole réplica. Reiner supo desde el principio que sería Douglas el elegido para un papel de semejante envergadura. En cuanto a Keaton, era la opción perfecta para el papel por haber estado en situaciones semejantes anteriormente.
En «Something’s Gotta Give» (2003) tuvo enfrente a un consumado especialista en desquiciar a las mujeres, un Jack Nicholson que termina por entenderse con una escritora madura, una actriz interesante y versátil que sabe muy bien cómo coquetear, pero manteniendo la compostura y la dignidad.
Para Reiner, es extraño que ambos gigantes de la pantalla no hubiesen coincidido antes en un rodaje. «Pero les gustó la idea de trabajar juntos y conseguimos que aceptaran», explica el director. Sobre Keaton, el realizador y también actor aseguró que «le gustan los chicos malos, un hombre que es un poquito cortante».
En cuanto a Douglas, el actor de 68 años explicó que le atrajo mucho el guión por encontrar similitudes con su vida real, por aquello de que conoce a su nieta de 9 años después de que su hijo vaya a la cárcel por un problema de drogas, la misma situación que ha tenido que vivir con Cameron Douglas.
«El guión me hizo reír cuando lo leí. De repente te das cuenta de que lo tuyo no es una situación tan única como parece», dijo el protagonista de «Wall Street». «Hay un montón de diferencias, pero es sobre cómo la vida te juega todo tipo de trucos. Un día estás perfectamente y al día siguiente no».
Asimismo, Douglas coincide con Reiner en su forma de entender las relaciones, en el hecho de que las mujeres suelen ser más maduras que los hombres, y que por eso son ellas las que dictan las reglas, una situación que su comedia romántica vuelve a reflejar una vez más para deleite del público más sabio, del que aún busca ir al cine para identificarse con los personajes. Esta podría ser su clase de película.
Por Liliana Martínez-Scarpellini
