Casi 7000 inscritos acudieron a LA LEYENDA CONTINUA en Cantalejo, Segovia, donde la climatología adversa se solidarizo con la invernal para dejarnos disfrutar de un intenso fin de semana entre motos, hogueras, risas, reencuentros y amistad.
Se preveía temporal y entre algún copo de nieve que otro se levantaba el campamento en el pinar, se encendían las hogueras y comenzaban a llegar motos y más motos de todos los puntos de España y del extranjero, como franceses, portugueses, italianos y hasta “Soonki” de Corea del Sur, quien se había encontrado con “Manu” procedente de Burdeos con cinco amigos y le habían hablado de la concentración, así que este coreano pensó ¿Por qué no?, y allí estuvo todo el fin de semana contando anécdotas de su viaje alrededor de las hogueras que calientan el alma de la Leyenda.
Comenzaba la apertura de inscripciones el viernes, día en el que tuvo lugar un emotivo acto de “saludo de hermandad a los motoristas del mundo” y la presentación de “grandes viajeros” de la mano de Gustavo Cuervo, un referente en este tema, quien presentó y dio paso a Ricard Tomás, Quique Arenas, Alicia Sornosa y a una humilde servidora que durante este fin de semana contamos nuestros respectivos viajes a diferentes lugares del mundo.
Cabe destacar los pueblos amigos que se sumaron a la invernal como Cuéllar, San Pedro de Gaillos, Sepúlveda y Turégano, donde se desarrollaron actividades propias del evento como excursiones, degustaciones, aperitivos y visitas a diferentes puntos de interés.
En esta invernal también estuvo presente el carácter humanitario con amigos como Rodando contra el cáncer y Cruz Roja Española quienes estuvieron compartiendo con La Leyenda Continua todo su buen hacer.
Un amplio programa que, como viene siendo tradicional, también contaba con la “fiesta de nochevieja y año nuevo motero”, así como el desfile de antorchas en homenaje a los que ya no ruedan entre nosotros.
Otro punto fuerte de La Leyenda fue la actuación de Emilio Zamora, quien como viene siendo habitual no dejó indiferente a nadie y nos hizo disfrutar de sus acrobacias encima de su moto.
Pasear por las hogueras se convertía en un saludo constante de conocidos y menos conocidos, de sentarte alrededor del fuego y preguntarse de dónde vienes, quieres una cerveza, y después ya las risas y anécdotas de todos daban paso a una noche de esas donde a uno le apetece permanecer durante largo tiempo y desea que no amanezca pronto.
Llegaba el domingo y eso significaba el fin de la 35 edición con la entrega de trofeos y reconocimientos merecidos a un buen número de moteros de diferentes nacionalidades, aunque el que no se entrego, fue el más importante, el reconocimiento al esfuerzo del grupo de personas que hicieron posible un gran fin de semana.
Para leer más sobre «La Leyenda» pulsa aquí
Texto: Elsi Rider
Fotos: A.Castanedo