(dpa) – «Eso piensas ahora. Espera y verás» o «Más adelante lo vas a lamentar». Cuando alguien dice que no quiere tener hijos, se suele topar con incomprensión cuando no con rechazo total. No tener hijos a muchos les parece raro o, incluso, contra natura.
Quien no quiera tener hijos muchas veces se tiene que justificar. Eso vale tanto para hombres como para mujeres, explica la profesora Paula-Irene Villa Braslavsky, que dirige la cátedra de sociología y estudios de género en la Universidad Ludwig Maximilian de Múnich. Sin embargo, hay claras diferencias.
Los hombres pueden vivir una vida plena sin hijos
Si un hombre no tiene o no quiere tener hijos, no le piden explicaciones. «Pero hay otros aspectos en la vida plena de un hombre que sustituyen al hijo propio», dice Villa.
Entre ellos figuran, por ejemplo, una carrera exitosa u otros símbolos de estatus. Se escucha mucho, por ejemplo: «No tiene familia, pero es un escritor prestigioso». «Entonces se considera legítimo y se acepta y no lleva a que sea cuestionada su hombría», explica Villa.
La vida de una mujer se completa con hijos
Según la socióloga, en el caso de las mujeres es diferente. «En ese caso se da mucho más por sentada la disposición biológica: el útero determina a la mujer por naturaleza». A las mujeres se les atribuyen características de cuidado y comunicación en relación a las necesidades de otros.
Y eso, según Villa, marca tanto la elección de la profesión como la distribución de las tareas con la pareja. Y también la idea de que la vida de una mujer se completa recién cuando tiene hijos.
Pero justamente esas ideas son las que a muchas mujeres les quitan las ganas de tener hijos, explica la escritora y activista Sarah Diehl. Para su libro «El reloj biológico que no funciona: felicidad sin hijos» habló con muchas mujeres que no tienen hijos.
Le llamó la atención que cuando les preguntaba por qué no tenían hijos, en principio los hijos no jugaban un papel importante, sino el proyecto de vida que hay detrás.
Las limitaciones de los niños disuaden a muchas
Madre, padre, niño y la distribución de roles vinculada a ello. Eso es lo que muchas mujeres ven en su entorno y que las disuade. Porque en general un niño para muchas mujeres significa sobre todo replegarse, tanto de las metas profesionales como en cuanto a los intereses privados.
O sea que queda mucho por hacer, desde lo político y lo social, pero también individualmente. Y seguramente llevará un tiempo, por lo que por ahora solo es cada uno/a quien puede responder con las herramientas que tenga a la pregunta de las preguntas.
Según Villa, no hay una única respuesta correcta a la pregunta de si se desean tener hijos. «No todos pueden responder lo mismo. También hay que tener en cuenta las circunstancias particulares de cada vida».
No hay que dejarse alterar por las preguntas constantes
Pero hay algo que aconseja: «No hay que permitir que las personas que creen que saben más que nosotros nos perturben». Porque detrás de frases como «Espera y verás» se suele esconder la idea de que uno no se conoce lo suficiente o no está en condiciones de tomar una decisión al respecto.
Diehl tiene diferentes propuestas sobre cómo responder a la pregunta de si se desean tener hijos: depende de con quién se esté hablando. Una posibilidad entre amigos es responder: «¿Acaso crees que los necesito?».
Repreguntar o simplemente callar
Así se le pasa la pelota a quien pregunta. Justamente cuando la pregunta viene de parte de alguien que tiene hijos o que ya muchas veces se quejó por la falta de sueño, la distribución de las tareas o la falta de tiempo libre, la huida hacia adelante es una buena opción: «Me contaste tus problemas y eso me disuade».
En otras ocasiones, en cambio, es aconsejable dejar transcurrir la situación sin reaccionar. Eso vale por ejemplo para cuando la pregunta viene de algún familiar con una idea fija de lo que es una vida completa.
Cuando el que pregunta muestra un interés real, Diehl aconseja responder lo más sinceramente posible. Por ejemplo: «No quiero tener hijos porque quiero mantener mis tiempos libres».
Claro que entonces hay que tener en cuenta que uno va a tener que demostrar todo el tiempo que no es un egoista. Muchas veces lo mejor es repreguntar de la siguiente manera: «¿Por qué tienes o quieres hijos?».
Por Elena Zelle (dpa)